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Pablo Molina

Hawking boicotea a Israel... 'ma non troppo'

El célebre científico podrá seguir beneficiándose de los descubrimientos israelíes en el tratamiento de la esclerosis amiotrófica lateral.

El célebre científico podrá seguir beneficiándose de los descubrimientos israelíes en el tratamiento de la esclerosis amiotrófica lateral.

La decisión de Stephen Hawking de sumarse al boicot académico contra Israel ha puesto en una situación comprometida a la Universidad de Cambridge, una de las más prestigiosas del mundo, como es bien sabido, en la que el cosmólogo profesa desde 1975. Hawking, invitado de honor a la conferencia Enfrentando el Mañana, prevista para el próximo mes de junio y auspiciada por el presidente de Israel, Simón Peres, declinó la invitación sin que quedara claro cuál era el motivo real de su renuncia, más allá de algunos rumores en el sentido de que podría haberse sumado a la campaña de boicot académico contra el Estado de Israel. Esta opacidad en sus explicaciones iniciales llevaron a Cambridge a hacer pública una nota de prensa atribuyendo la decisión del profesor a su estado de salud y, en consecuencia, al consejo de sus doctores sobre la necesidad de evitar el viaje en avión. Al día siguiente, la universidad tuvo que desdecirse de sus explicaciones anteriores aclarando que la decisión de Hawking se debía a su deseo de sumarse al boicot antiisraelí, aconsejado por colegas palestinos que le animaron a dar ese paso.

La campaña de boicot académico a Israel, que tiene por objetivo aislar internacionalmente a sus instituciones de investigación y enseñanza universitaria, está coordinada por una organización denominada Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que opera desde 2005. Los objetivos de este movimiento no se limitan a la defensa de los derechos de los palestinos en los territorios de la Margen Occidental, como podría pensar cualquiera que no indague suficientemente en su propaganda, sino que cuestionan la mera existencia del Estado de Israel con acusaciones antisionistas que comparan el país hebreo con la Sudáfrica del apartheid.

Stephen Hawking, que anteriormente estuvo cuatro veces en Israel para participar en actos académicos, ha decidido ahora sumarse a esta campaña antisionista concediendo a sus promotores el éxito internacional de ver a un científico de talla mundial protagonizando esta bofetada diplomática en toda regla a Israel, cuyo presidente, Simón Peres, iba a convertirse en su anfitrión en una ocasión especialmente señalada para él, pues coincide con su 90º aniversario.

Hawking no ha aclarado aún si piensa renunciar también a la Medalla Presidencial de la Libertad que Obama le otorgó en 2009, dada su reciente proximidad con movimientos en los antípodas de ese concepto, sobre todo teniendo en cuenta que el galardonado con ese premio el año anterior fue precisamente Simón Peres, objeto ahora de su afrenta. En todo caso, lo que resulta incuestionable es que, a pesar de sus decisiones personales, Hawking podrá seguir beneficiándose de los descubrimientos israelíes en el tratamiento de la esclerosis amiotrófica lateral, la enfermedad que padece desde hace 40 años y en la que los centros de investigación del país que ahora boicotea son punteros.

© elmed.io

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