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Pablo Planas

El golpe de Estado diario de Artur Mas

"El proceso continúa". Es que no lo puede decir más claro. El golpe ya ha empezado. Es lo de cada día.

"El proceso continúa". Es que no lo puede decir más claro. El golpe ya ha empezado. Es lo de cada día.

Artur Mas ha vuelto a dar muestras de su elevado sentido de Estado y respeto por la legalidad democrática al valorar el fallo del Constitucional sobre la declaración de soberanía del Parlamento catalán. "El proceso continúa", ha dicho, como si una sentencia suscrita por unanimidad tuviera el mismo valor que un cromo de Iniesta. La confianza que el PP y el PSOE albergan en que no se celebrará ninguna consulta separatista en Cataluña el 9-N contrasta con los pronunciamientos notoriamente explícitos del molt honorable. Y no solo con su retórica y soflamas. Contrasta también con el día a día de la Generalidad, cuyos estudios y programas abarcan aspectos tan prosaicos del día después de la independencia como el control del aeropuerto, las telecomunicaciones, los cajeros automáticos, el estampillado de sellos de correos y las medidas a adoptar en caso de difusión de falsos rumores.

Se trata de un informe del Consell Assesor per a la Transició Nacional, el CATN, que despliega un amplio abanico de posibilidades y contiene detalladas instrucciones en caso de "beligerancia" del Estado español. Papel oficial del que se embebe la ponencia golpista de la Assemblea Nacional Catalana, la ANC. Y como colofón a un día normal en Barcelona, la vicepresidenta ha enviado una carta a todos los alcaldes para que se cuadren y colaboren, que el 9-N hay consulta caiga quien caiga. Es algo realmente inaudito: un día después del fallo del TC, mailing a los alcaldes para que quede constancia. El 9 de noviembre de 2014, consulta, según se hace saber.

Visto el panorama, cabrían dos posibilidades desde la perspectiva de Rajoy. La primera, que Mas se fuera a echar atrás por voluntad propia en un momento dado, algo en plan "ahora paso, ya no me apetece", cosa que no parece que vaya a ocurrir. La segunda, que alguien o algo, incluso el Estado, le pare los pies. Sabedores de las dificultades que entraña el cumplimiento de la ley, tanto para quienes deben velar por su cumplimiento como para quienes la deben cumplir, debería tenerse en cuenta que ya no es la ANC quien prepara un golpe, de mano, efecto o de Estado, un golpe al cabo, sino la propia Generalidad, a través del CATN, pesebre oficial de Pilar Rahola y Carles Viver, un exmagistrado del TC. El documento del que les hablo se plantea hipótesis tan estimulantes y pacíficas como el cierre del "espacio aéreo catalán". Con comillas porque todo esto está por escrito. La Generalidad no se esconde, de modo que o a Mas le entra un ataque súbito de responsabilidad y cordura, o le paran los suyos o el 9-N hay consulta y no se hable más.

Si no sucede ninguna de estas cosas o cualquier otro giro inesperado, a Rajoy no le va a quedar más remedio que hacer algo con el proceso catalán, a no ser que los informes y actividades del ministro Margallo, entre Haro y Filipinas, estén provistos de unos improbables efectos retardados que reconduzcan a Mas, Carme Forcadell, Homs, Junqueras y un largo etcétera por la senda de la legalidad, la concordia y el buen entendimiento general.

"El proceso continúa". Es que no lo puede decir más claro. El golpe ya ha empezado. Es lo de cada día.

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