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Pablo Planas

Napoleón en Elba, Pujol en Queralbs

Mas se precipitó, y mucho, al retirarle prebendas y pensiones. Menos mal que le mantuvo la escolta, debe de pensar ahora.

Mas se precipitó, y mucho, al retirarle prebendas y pensiones. Menos mal que le mantuvo la escolta, debe de pensar ahora.

Los que se declaran hijos políticos de Pujol dijeron que el patriarca ya chocheaba, que iba a las reuniones del partido a sestear y que cada vez estaba más duro de oído. Que ya no tomaba decisiones ("importantes", matizaron) desde hacía diez años, cuando pasó a la reserva como ex President. Nadie lo sospecharía a tenor del saludable aspecto que luce en sus paseos por Queralbs, el idílico pueblo donde maquina el retorno a Barcelona. A más de uno se le va a caer el pelo por haber largado más de la cuenta, en el partido y en el gremio de los tertulianos. Pujol es Napoleón en Elba, le Petit Caporal asesorado por Marta Ferrusola.

La actividad querulante en Andorra tendría por objeto bloquear a la justicia española y atribuir la investigación a un plan de las cloacas del Estado contra el proceso separatista. Podría darle resultado, pero Pujol y su familia no se van a conformar con una estrategia judicial que minimice los efectos de la confesión del pasado 25 de julio, cuando Pujol se ofreció como cabeza de turco para salvar a su esposa e hijos. Al margen del éxito o fracaso de la vía andorrana, los abogados de la familia preparan una batería de demandas, recursos y una variada gama de acciones judiciales no sólo para defender la legalidad del Tesoro Pujol sino el "honor" de la familia y el "legado" político del ex contrito.

Mas se precipitó, y mucho, al retirarle prebendas y pensiones. Menos mal que le mantuvo la escolta, debe de pensar ahora. Convergència ha pasado de juzgar y condenar a su fundador a sumarse a las artimañas jurídicas del expresident. En concreto a la que alega intencionalidad política en el afloramiento de las cuentas en el extranjero, como si la confesión la hubiera escrito y firmado un doble de Pujol, un falso Pujol, alguien que se hizo pasar por Pujol o el actor que hace de Pujol en los programas de humor de TV3.

A lo mejor el president, como le siguen llamando incluso quienes aún se atreven a censurar su conducta, no tomaba decisiones porque no le hacía falta, que es la expresión más depurada del poder. Resulta que el que mandaba era Mas, que cada vez que decidía si carne o pescado miraba de reojo a su padre político en busca de consejo, guía o asentimiento.

Los movimientos de Pujol son el presagio de emociones fuertes. La manifestación del 11-S puede ampliar el contenido de sus reivindicaciones y acabar convertida en una exhibición masiva de apoyo a Pujol. No carecería de lógica, en tanto que si los independentistas han llegado hasta donde han llegado ha sido gracias a Pujol. El expresidente construyó un país y amasó una fortuna. Con la independencia, la blanquearía. Un hacha. Como Napoleón, no da puntada sin hilo. Se avecina la revancha de Waterloo, el regreso de Pujol, el auténtico, el mito, el de la estatua llena de cagadas de pájaro en Premiá de Arriba.

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