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Pablo Planas

Sexo 'underground' en Barcelona

Suena raro que Colau, la responsable del metro, pida ayuda a los Mossos de Puigdemont para atrapar a la pareja.

Colau Maravillao. Disculpen que mancille el nombre de las Cacao Maravillao, aquel tórrido conjunto de bailarinas brasileñas que amenizaba los entreactos en los principios de Telecinco, pero es que Barcelona es una fiesta, una juerga, un aquí te pillo, una ciudad sexual y abrasadora, como el cimbreante contoneo de aquellas venus de Ipanema. Amor libre y al aire libre o en los andenes del metro, que no es lo mismo que en la calle, sino aún más osado. Sí, bajo techo, indoor, pero a la vista de los usuarios del suburbano y con una iluminación de apaga la luz, cariño. En Barcelona siempre se ha fornicolau con alegría, pero lo de ahora es viral, como la peste en la Edad de los Juegos de Tronos.

Andan buscando a la pareja humana que se amancebó este fin de semana en un banco de la estación de Metro del Liceo, bajo las Ramblas de Barcelona. Las autoridades del transporte público han pedido ayuda a los Mossos d'Esquadra para identificar y localizar a los amantes de la ópera que se aliviaron del apretón sexual en el andén de marras mientras el paisanaje comentaba la jugada o miraba para otro lado. ¡Anda, dos personas empujando! Marcelino, yo a lo mío. Se ha desatado una cacería al hombre y a la mujer. ¿A ver en qué para? Suena raro que Colau, la responsable del metro, pida ayuda a los Mossos de Puigdemont para atrapar a la pareja. ¿Qué pasa? ¿Está prohibido follar? En cambio proclamar la república o chorar un piso es legal. ¡Anda ya!

El vídeo del acto, grabado por un ciudadano y subido a la red, puede acabar convertido en el mejor reclamo para una tercera entrega de Resacón en... con final (feliz) en el metro de Barcelona. Usa transporte público, sexo seguro. Los luminosos del suburbano informan de que quedan más de cuatro minutos para la llegada del próximo convoy y luego anuncian que habrá una huelga de metro y aquel payo que se baja los pantalones y aquella pava que se abre de piernas sobre un banco de (pasar por la) piedra. Sigue, sigue, no pares. Cuatro minutos son molto longos. La naturaleza de las imágenes es de documental leona devora cebra style ante el pasmo de los safaristas.

Barcelona decae, pero la naturaleza no se reprime. Pasa como en los alredores de Chernóbil, plagados de ciervos, pajarillos, jabalíes y abuelas de noventa y pico años que lucen radiantes gracias a la dieta de la patata radioactiva. Barcelona, ciudad abierta. Y qué decir de la adrenalina de echar un quiqui underground en la línea tres (verde) del metro condal. Sin embargo, Lestrade cree que hay algo más.

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