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Pablo Planas

¿Y si Mas se mudase a Madrid?

No sólo las empresas de Cataluña se fugan a Madrid. Mas, Artur Mas, agitado y revuelto, suena como candidato de Convergencia para las próximas generales.

No sólo las empresas de Cataluña se fugan a Madrid. Mas, Artur Mas, agitado y revuelto, suena como candidato de Convergencia para las próximas generales.
EFE

No sólo las empresas de Cataluña se fugan a Madrid. Mas, Artur Mas, agitado y revuelto, suena como candidato de Convergencia para las próximas generales, caso de que se repitan. El escenario de una nueva campaña electoral sólo les quita el sueño a los tertulianos moralistas y al partido de Pujol, lo que sugiere que la segunda vuelta es pan bendito, caiga quien caiga.

Según las últimas catas demoscópicas, CDC se pegaría un morrazo de antología en un hipotético 26 de junio, hasta el punto de quedarse sin grupo parlamentario. Ahora tiene ocho diputados, la mitad que en la X Legislatura, que concluyó a finales del año pasado. Convergencia viaja en caída libre, cae en picado, de ahí que todas sus piezas propugnen un nuevo Junts pel Sí a fin y efecto de camuflar el estropicio propio bajo la manta de ERC.

En caso negativo, se apunta a Mas como candidato de Democràcia i Llibertat o Putas y Ramonetas al Congreso de la Carrera de San Jerónimo. El partido de Junqueras prefiere presentar primero a Rufián y luego a King Kong Tardà antes que hermanarse con los becarios de Pujol. Junts pel Sí y a palos en todo. La hegemonía caciquil catalana está en juego y Convergencia hiede a tres por ciento y muerto electoral. ¿Habrá elecciones? Pues quién sabe, pero es más fácil que un diplodocus entre por el ojo de un aguja que ERC pacte otra vez con CDC.

Ante semejante tesitura, el Círculo Silvestre y el Club de Fonteta presionan a tirios y a troyanos para hacer tabla rasa en Cataluña. De ahí que sugieran a Junqueras que sume los suyos a los de Mas, que son cada vez menos, para sacar como mínimo una nueva financiación, unos aranceles, algo. Caso contrario, amenazan con mandar al propio Mas a Madrid. Están desesperados y las encuestas les incitan a dar un golpe de mano, lo que sea, antes que concurrir con el Tres Per Cent (TPC) y Quico Homs.

Mas no se va a dejar. Está en la refundación de Convergencia y en la tutela de Puigdemont. Ni una suite en el Palace le podría convencer de dejar el despacho en el paseo de Gracia y el piset en Travesera de la ídem con Tuset. La ciudad no es para él. No obstante, la idea de que Mas encabece la candidatura convergente en la capital discurre como la pólvora en los cenáculos nacionalistas.

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