Manuel Saco, perdone que le diga, no da nunca con el quid de la cuestión. Siempre, erre que erre, está dando por su apellido. No tiene arreglo.
Manuel Saco, perdone que le diga, no da nunca con el quid de la cuestión. Siempre, erre que erre, está dando por su apellido. No tiene arreglo.