En un extenso artículo titulado "Una libra de carne fresca", el presidente de El País, Juan Luis Cebrián, analiza la situación económica que atraviesa nuestro país y compara las decisiones tomadas por Zapatero primero y por Rajoy después con la gestión de una crisis similar que hizo Suecia en los años noventa con el socialdemócrata Goran Persson en el poder.
Tanto es así, que recuerda cómo Persson "se vio envuelto en la misma falsa polémica en la que ahora parecen atrapados los dirigentes europeos: ¿austeridad o crecimiento? Entonces se atrevió a explicar a sus ciudadanos que la contención el déficit era el primer requisito para cualquier política de crecimiento. Es decir, que, de "otra forma, les dijo que el déficit genera un aumento de la deuda, lo que a su vez provoca una ausencia de confianza, presionando al alza los tipos de interés. Todo eso redunda en una disminución del crédito y un aumento del paro, amén de obligar al Estado a asignar al servicio de la deuda recursos que deberían dedicarse a cubrir las necesidades sociales."
En este sentido, Cebrián aplaude que con ese discurso aplicase una "durísima política que incluía aumento de impuestos y reducción de pensiones y subsidios de desempleo", e hizo todo eso "sin perder ni un minuto". Vamos, que Cebrián aplaude las políticas de contención de gasto y austeridad que conducen a evitar gastar más de lo que se ingresa.
En el artículo, Cebrián cita el Acto I, escena III del Mercader de Venecia, en el que se hace referencia a que la "libra de carne" humana no es tan rentable o valiosa como la "carne de cordero o la de buey". Dice, ingenioso Cebrián, que el mercader de Venecia se expuso a una "prima de riesgo excesivamente elevada".
A partir de ahí, glosa a lo largo del artículo los motivos por los que cree necesario imponer políticas de austeridad ya que ésta "no es la consecuencia de un mandato foráneo, sino la respuesta obligada a un déficit fiscal originado por nuestros propios errores y no pocos abusos".
Un día después de que Zapatero reconociera que si hubiera sido capaz de ahorrar más ahora no sufriríamos con tanta dureza la crisis, Cebrián afea la conducta a Rajoy precisamente por tener gestos "más propios de un gobierno socialdemócrata que de los representantes del centro-derecha: limitación del sueldo de los ejecutivos de las empresas públicas y de los bancos que recibieran ayudas, aumento de la tributación a las rentas más altas, etc. Pero se equivocó retrasando tres meses los presupuestos por razones electorales". Por el contrario, dice Cebrián, "es el momento de aplicar políticas que infundan esperanzan y nos enseñen el final del recorrido, por accidentado que éste sea".
Pero Cebrián tiene para todos porque tacha de "impertinente" a la oposición por estar empeñada "en encontrar su espacio tras la debacle de las últimas elecciones" en lugar de "en arrimar el hombro". Por eso, cree que "es preciso, como reclama el PSOE, un gran acuerdo que incluya cuando menos a los dos grandes partidos y a los nacionalistas catalanes, pero que no excluya a nadie de cuantos quieran integrarse en él, para hacer frente a una situación de auténtica emergencia".
Según sus propias conclusiones, "ni España puede ella sola por sí misma" salir de ésta, "ni el Gobierno puede o debe hacerlo en solitario". Para Cebrián el problema al que nos enfrentamos no es una "discusión ideológica, sino ante un problema de caja".
Es decir que "sólo hace falta restaurar el consenso social necesario para aplicar los remedios adecuados a nuestra enfermedad". Ésta es, según dice, "la única forma de evitar que acaben cortando en lonchas al mercader de Venecia, aunque solo sea por la cínica observación de que una libra de carne humana puede ser menos preciada que su equivalente en solomillo de vacuno. Pues el crecimiento consiste en ofrecer riqueza a los mercados, no sacrificios a los dioses".
