Rajoy ganó la partida en Bruselas, pero los periódicos no lo sabían cuando salieron calentitos de rotativa así que se admitían apuestas.
"Dramático pulso en Bruselas para salvar a España e Italia", titula El Mundo. Federico Jiménez Losantos viene contento. "En esta crisis, la primera víctima ha sido y es la propiedad, que está siendo saqueada mediante subidas feroces de impuestos que nos privan de bienes ganados honradamente y que son incautados por el poder político. ¿Para ayudar a los que se han quedado en paro?", se pregunta. "También", se responde. Pero "sobre todo a una casta política que con sus derroches y latrocinios nos han traído a esta ruina y no quieren hundirse en ella", que otra cosa no será, pero de tontos no tienen un pelo. "Cuanto más suben los impuestos, menos libertad tenemos para usar nuestro dinero; y para asegurarse el cobro, el Fisco reduce a los ciudadanos a súbditos del Antiguo Régimen".
Pedro J. ni se pilla los dedos y se abstiene de opinar sobre la cumbre de Bruselas antes de conocer el resultado. Prefiere aplaudir con entusiasmo el anuncio de Elvira Rodriguez de reducir el sector público. "Ha llegado el momento de afrontar la reestructuración del sector público, lo que debería suponer una importante reducción del número de funcionarios para acomodar las estructuras burocráticas a las dimensiones de ese país, que no puede ya costear un faraónico aparato construido para satisfacer las ambiciones de los partidos y los delirios de grandeza de los gobernantes regionales". Victoria Prego es la aguafiestas que nos cuenta el lado feo de la historia. "El ahorro en salarios será gigantesco. Tan gigantesco como el dramático incremento de las cifras de paro que seguirá a los cierres, cada una de las cuales tiene un nombre un apellido".
El País estaba superagobiado. "España e Italia alertan del peligro de demorar la ayuda a la deuda". Y se lanza a la piscina en un editorial en el que grita pidiendo auxilio y anuncia el fin del mundo. "Es urgente parar esa tensión insoportable, aumentar la liquidez y recapitalizar la banca sin que esto suponga más carga para la deuda soberana (..) Las consecuencias (si no hubiera sido así, claro) alcanzaría a los principales países del continente y, por tanto, a sus sociedades, porque el fracaso de las democracias nos arrastra al populismo". Hala, hala, ya está, ya pasó todo, a relajarse.
En La Gaceta, "Rajoy se alía con Monti para plantar cara a Bruselas". Pero no estaba muy optimista con el resultado y puso la ficha en la casilla de Merkel. "Salvo sorpresas de última hora, será el Estado español el que reciba los fondos" para recapitalizar la banca. Pues se habrán quedado de piedra esta mañana. Así que, a pagar.
ABC celebra la alianza España-Italia, que "se plantan ante Bruselas", pasa de jugar y no se pringa nada en adelantar acontecimientos. El disgustazo se lo llevará Hermann Tertsch, que sale de uñas a defender a Merkel. "El tono que llegaba ayer" desde Bruselas era el "peor en años. Bufidos, gruñidos, lamentos, gritos y reproches". Los "acosados por sus cifras" Rajoy y Monti ayudados por Hollande iban para "quebrar la resistencia" de Merkel, que "se ha convertido en el personaje más odiado y vilipendiado del continente". Pues mira, va a tener razón. "Si logran acogotar a Merkel (...) los tres mosqueteros volverían victoriosos a casa, agasajados por vencer a la hydra", pero " por los ruidos que llegan de Bruselas , se sospecha que la mala bruja no se deja". Hermann, hoy vas a llorar. Dicen que está derrotada, vencida. "Al fin y al cabo es mejor que ahorren los alemanes. No va con nuestro carácter". Eso, eso, y nosotros a vivir que son dos días.
La Razón pone la ficha en la casilla de Rajoy y gana la apuesta. "No siempre gana Alemania. La cumbre de líderes podría ser el escenario de otra derrota germana" (además de la del fútbol, se refiere). Bingo. Qué ojo clínico. Y además, tienen "el debate del año" entre Cañizares y Zapatero. Marhuenda está que no cabe en sí de gozo. "Despertó un enorme interés por la calidad de las intervenciones" y fue "modélico y muy aleccionador". No nos cabe ninguna duda, de los que pasan a la historia.