
El otoño y el invierno traen días más cortos, más fríos, lluviosos y húmedos y, por ello en muchos hogares, especialmente en las regiones más frías de los diferentes países, se debe lidiar con la condensación en las ventanas. Este fenómeno puede derivar en moho si se alarga durante mucho tiempo.
La condensación ocurre cuando el vapor de agua en el aire se encuentra con superficies frías, como los cristales de las ventanas, lo que hace que el vapor se convierta en gotas de agua. Este exceso de humedad puede dañar las superficies y fomentar la aparición de moho. También hay que tener claro que la humedad ambiental puede aumentar debido al frío y las frecuentes lluvias, que pueden provocar malos olores y acumulación de moho en las superficies, sobre todo, al lado de las ventanas.
Desde el Reino Unido se recomienda a los ciudadanos poner al lado de las ventanas un cuenco o recipiente con sal, con el objetivo de absorber la humedad. Desde la antigüedad, la sal ha sido valorada no solo como un recurso para conservar alimentos, sino también como un elemento de limpieza y protección. Por tanto, colocar sal en las ventanas se considera una manera de proteger el hogar y atraer buenas energías.
¿Cómo ayuda la sal a reducir la humedad?
La sal, especialmente el cloruro de sodio, tiene propiedades higroscópicas: puede absorber la humedad del ambiente cuando esta supera ciertos niveles. Al colocarla cerca de una ventana, puede contribuir a minimizar la condensación en climas húmedos o durante el invierno, especialmente si las ventanas permanecen cerradas y hay poca ventilación. Sin embargo, su eficacia depende del nivel de humedad en la casa: solo actúa de forma notable a partir del 75% de humedad relativa y la mayoría de los hogares españoles se mantienen entre el 30% y el 60%.
Pero, ¿por qué se produce esa condensación en los hogares? Por una cuestión de temperatura. Cuando la temperatura del aire es diferente en el exterior y el interior, en las ventanas se forman gotas de agua, vapor de agua que se puede condensar y aumentar los niveles de humedad, creando moho y malos olores en la ropa, las sábanas y edredones o en las cortinas, entre otras.
Pero no solo puede suceder en los hogares, sino que en los coches o cualquier vehículo también puede aparecer condensación. ¿Cómo eliminarla? Lo mejor es usar el aire acondicionado, pero en el hogar, no siempre es efectivo abrir las ventanas y dejar que se ventile y recircule el aire. Por ello, controlar la acumulación de condensación puede ser más difícil de tratar.
¿Es la sal el método más eficaz?
A pesar de su bajo coste y fácil implementación, los expertos señalan que existen métodos más efectivos para reducir la condensación en el hogar. Por ejemplo, la ventilación regular es esencial: abrir las ventanas o usar rejillas de ventilación permite que el aire húmedo salga y entre aire más seco. También se recomienda el uso de deshumidificadores, que son especialmente útiles en zonas donde el aire es húmedo durante el invierno.
Otros beneficios de la sal
En el ámbito espiritual y esotérico, se cree que la sal tiene propiedades purificadoras y protectoras. De hecho, colocar un poco de sal en los alféizares de las ventanas es un ritual de protección en muchas culturas, ya que se cree que ayuda a bloquear energías negativas y protege el hogar de malas influencias o vibras no deseadas.
La sal también se asocia con la buena suerte y la prosperidad. Algunas personas colocan sal junto a las ventanas como un acto simbólico para atraer paz, armonía y equilibrio al hogar. En ciertos rituales se aconseja cambiar la sal periódicamente para que continúe siendo efectiva, ya que se cree que la sal absorbe las energías negativas con el tiempo.


