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Una hora de sol por la mañana puede mejorar el sueño y reducir el estrés, según investigaciones

La luz natural matutina regula el ritmo circadiano y aumenta la serotonina, clave para dormir mejor y mantener la calma.

Grupo de personas tomando el sol en Barcelona. | Flickr/CC/Jorge Franganillo

Tomar el sol está asociado a tumbarse en una toalla en la arena de la playa o la piscina pero, si se toma adecuadamente de manera moderada durante todo el año, tiene numerosos beneficios para la salud física y mental. Tanto que la exposición al sol es esencial para la síntesis de vitamina D, un nutriente crucial que ayuda al cuerpo a absorber calcio y mantener huesos fuertes. De hecho, cuando existe deficiencia de vitamina D puede haber problemas como osteoporosis, debilidad muscular y un sistema inmunológico debilitado.

La vitamina D, crucial para prevenir todo tipo de enfermedades

Pero no solo eso sino que tomar el sol unos minutos al día es bueno para el estado de ánimo, tanto que puede ayudar a combatir la depresión. El motivo es tan simple como el hecho de que la luz del sol aumenta el nivel de serotonina del cuerpo, que es una sustancia química que mejora el estado de ánimo y ayuda a mantenerse calmado y concentrado. Por este motivo, una mayor exposición a la luz natural puede ayudar a aliviar los síntomas del trastorno afectivo estacional, un cambio en el estado de ánimo que suele ocurrir en los meses de otoño e inverno, cuando hay menos horas de luz del sol.

Luz para descansar

El sol tiene un papel fundamental en la regulación de los ritmos circadianos, lo que mejora la calidad del sueño. La luz solar ayuda a ajustar el reloj biológico, promoviendo ciclos de sueño más saludables y reduciendo problemas como el insomnio. Además, el sol estimula la producción de serotonina, un neurotransmisor asociado con el bienestar y la felicidad. La relación entre sol y descanso se explica por la melatonina, una hormona que el cuerpo empieza a liberar al oscurecerse. Este proceso, que induce el sueño unas dos horas después del atardecer, se ve reforzado si se toma una hora de luz solar por la mañana, según indican diversas investigaciones.

Desde el punto de vista cardiovascular, diversos estudios han demostrado que la exposición solar moderada puede contribuir a reducir la presión arterial. Esto ocurre gracias a la liberación de óxido nítrico en la piel, que mejora la circulación y disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas. La exposición solar también contribuye a regular la melatonina, una hormona que modula la respuesta al estrés. Además, realizar actividades físicas al aire libre (caminar, jugar, etc.) refuerza aún más ese efecto relajante.

El estrés psicológico debilita las defensas en la piel y facilita infecciones bacterianas

Beneficio sin exceso

La exposición al sol también tiene beneficios para la piel, siempre y cuando sea moderada y con protección adecuada. Puede mejorar ciertas condiciones dermatológicas como la psoriasis y el acné, ya que los rayos UV tienen propiedades antiinflamatorias. Para mejorar la piel con la exposición al sol la clave está en tomarlo a primera hora de la mañana o a última de la tarde, cuando no se tiene peligro de quemadura y no sobrepasar los 30 minutos. Además, la vitamina D ayuda al cuerpo a mantener el calcio y evita que los huesos se vuelvan frágiles, delgados o deformes.

Esta vitamina es fundamental para el sistema inmunológico, y una exposición constante a la luz solar puede fortalecerlo. Un sistema inmunológico sano reduce el riesgo de enfermedades, infecciones, algunos tipos de cáncer y la mortalidad después de cirugías. De hecho, diversos estudios han encontrado que la luz solar ayuda a proteger no sólo del cáncer de mama y colon, también frente a otros tumores como el de ovario, vejiga, útero, estómago, linfomas y próstata.

Por otro lado, un estudio que siguió a 30.000 mujeres suecas reveló que las que pasaban más tiempo al sol vivían de seis meses a dos años más que las que tenían menos exposición al sol. Por supuesto, un poco de luz del sol puede hacer mucho bien y demasiado es dañino para la piel. Dependiendo del tono de la piel,los científicos estimanque el cuerpo puede producir vitamina D en aproximadamente 5 a 30 minutos al sol. Si se usa protector solar, es posible que no produzca tanta vitamina D.

Riesgos de una excesiva exposición al sol

Tiempo de exposición

La exposición debe hacerse de forma consciente para evitar quemaduras, cáncer de piel y el envejecimiento prematuro, y la cantidad de sol que se necesita para producir la cantidad ideal de vitamina D es personal. Depende del tipo de piel, de dónde se viva y de la sensibilidad. La piel más oscura, por ejemplo, tiene una mayor cantidad de melanina, un pigmento que actúa como protector solar natural, absorbiendo la radiación y protegiendo la piel de los daños. Esto termina impidiendo que la vitamina D se produzca con la misma facilidad, lo que requiere un tiempo de exposición más prolongado.

Además, si uno tiene la piel muy sensible o si se están tomando medicamentos que puedan causar fotosensibilidad en la piel, se debe tener cuidado. Lo mismo ocurre si se están usando algunos productos como cremas a base de retinol, que pueden dejar la piel más sensible, por lo que es importante leer las indicaciones del producto.

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