
Seguramente todo el mundo haya experimentado la incómoda situación de reírse en un momento poco oportuno, como puede ser una reunión seria e importante o incluso algún tipo de acto solemne como una misa o incluso un funeral. A nivel general, se asocia la risa con momentos de felicidad; sin embargo, esto no tiene por qué ser siempre así, lo que sirve de explicación para estas carcajadas fuera de lugar.
La risa como liberación de la tensión
Esta risa incontrolable en un momento inadecuado que puede hacer sentir tan mal a la persona, nada tiene que ver con un sentimiento de indiferencia o una falta de respeto. En realidad, simplemente significa una reacción involuntaria del cerebro ante situaciones difíciles. De esta manera, se utiliza la risa como un mecanismo de defensa natural, para tratar de paliar el dolor o la angustia.
Es decir, la propia mente humana se llena de impulsos positivos en los momentos más bajos a nivel emocional, para tratar de lograr un equilibrio. Cabe destacar que este tipo de situaciones son más propicias en personas que suelen ocultar los sentimientos negativos, quienes se encuentran completamente sobrepasados y cuyo cerebro utiliza la risa para desahogarse y expulsar todo el estrés acumulado.
En este sentido, Andrea Trujillo Estrada, psicóloga sanitaria, añade que otro factor que puede explicar este fenómeno es lo que se conoce a nivel psicológico como "prohibición implícita". Esto se trata de que, cuando una persona sabe que no debe reírse, la risa se vuelve más difícil de controlar y sucede porque: "La mente, al enfocarse en evitar algo, termina dándole más importancia". Esto es más aplicable a situaciones de ambiente serio y formal pero no necesariamente triste, como puede ser una entrevista de trabajo.
¿Puede relacionarse con una patología neurológica?
La psicóloga afirma que, en la gran mayoría de los casos, la risa involuntaria no se debe a ningún tipo de patología y simplemente representa un mecanismo natural para manejar la tensión o la tristeza. Sin embargo, en ciertas situaciones sí que puede estar relacionada con trastornos neurológicos.
Probablemente, al caso más común es el del trastorno afectivo pseudobulbar, caracterizado por episodios repentinos de risa o llanto incontrolable. Este trastorno es poco común, aunque tampoco es considerado como raro y, según comenta Trujillo, suele estar asociado con enfermedades neurológicas como el Parkinson, la esclerosis múltiple o con lesiones cerebrales.
Cómo controlar los episodios de risa
Si se nota que la risa se está acercando cuando no debe, lo más recomendable es mantener la calma y tratar de controlar la respiración. Practicar una respiración profunda ayuda a calmar la mente y el cuerpo, liberando parte de esa culpable de provocar la risa.
En segundo lugar, aunque en determinadas ocasiones pueda resultar complicado, es importante redirigir la atención y tratar de enfocarla en otro pensamiento concreto. Por ejemplo, puede resultar muy útil comenzar a observar el entorno, enfocándose en detalles muy específicos, para distraer la atención y alejarse de la risa. Por último, si es posible y oportuno, un cambio de la postura corporal puede resultar muy efectivo.



