
Cada planta requiere de un mantenimiento específico, pero independientemente de la especie, la aparición de sequedad en las puntas de las hojas es una señal de alarma y un claro síntoma de que el cuidado de esta no está siendo el correcto. Pero no hay que preocuparse, este problema, generalmente tiene fácil solución. El primer paso es descubrir cuál es la causa por la que las hojas se están debilitando.
Los ocho errores más comunes
- Estado atmosférico inadecuado: a menudo, las plantas de interior sufren debido al uso excesivo del aire acondicionado o la calefacción, ya que modifican la humedad ambiental. Las hojas de las plantas pierden agua al transpirar, lo que provoca que en lugares muy secos, las hojas se oscurezcan por la incapacidad de recuperar el agua perdida. Se puede instalar un humificador cerca de la planta para evitar que esto pase o agrupar varias especies para que se ayuden entre sí creando un microclima.
- Mal riego: regar poco una planta es tan malo como excederse en ello. Por un lado, la falta de riego puede generar que las hojas se sequen por deshidratación. Por otro lado, regar de más puede hacer que las raíces de la planta se pudran o dejen de absorber los nutrientes esenciales. Es importante regar la planta sólo cuando sea necesario e informarse previamente sobre la regularidad con la que lo necesita cada especie.
- pH desequilibrado: es fundamental mantener el pH de la tierra en el nivel de acidez adecuado, ya que una descompensación puede generar que la planta no se pueda alimentar bien. La mejor forma de comprobar los niveles es mediante medidores digitales o tiras reactivas.
- Mala iluminación: la luz es un factor clave para el correcto crecimiento de una planta, pero al igual que con el riego, tanto la falta de luz como una exposición solar excesiva, pueden ser causantes del deterioro. Es vital saber qué especies no toleran los rayos de luz solar de forma directa y cambiar la ubicación de la maceta en caso de ser necesario.
- Cambios de temperatura: los cambios bruscos de temperatura pueden ocasionar un shock térmico en la planta. No importa si la maceta está en interior o el exterior de la casa, ya que tanto el cambio estacional como los aparatos de climatización pueden provocar este fenómeno. La mejor opción en estos casos es evitar corrientes o zonas donde haya mucho aire.
- Problemas con el sustrato: los fertilizantes en su justa medida pueden ser muy útiles en el desarrollo de la planta, pero abusar de estos puede terminar siendo contraproducente, ya que suelen acumular sales en el sustrato y secar las hojas. Por ello, se debe moderar su aplicación o sustituirlos por abono orgánico.
- La utilización de químicos: los insecticidas, pesticidas y similares pueden ser demasiado tóxicos para que la planta lo soporte y termina siendo uno de los motivos por el cual se queman las hojas de algunas especies. Es mejor prescindir de ello si se va hacer un uso inadecuado o extremo.
- Plagas: los insectos no solo estropean las hojas, también pueden ser causantes de la aparición de hongos, bacterias y otras enfermedades, que podrían terminar matando a la plantas, por ello, es necesario revisar el estado de las hojas de forma regular.
Soluciones
La mejor forma de mantener una planta sana y visiblemente bonita es aprendiendo a diferenciar los daños cuando aparecen, para poder identificar la causa del problema y, así poder corregirlo antes de que sea demasiado tarde. Asimismo, es esencial informarse sobre los cuidados específicos de cada planta.


