El Feng Shui es una práctica de origen chino que se basa en la búsqueda del equilibrio entre lo físico y lo emocional. Esta antigua creencia defiende la idea de que todo está interconectado y que cada ser vivo u objeto está impulsado por el flujo de energía, más conocido como el chi. Asimismo, según esta teoría filosófica, existen cinco elementos que promueven el bienestar: la madera, representa la vitalidad y el crecimiento; el fuego, la pasión y la energía; la tierra, la estabilidad y la nutrición; el agua, la sabiduría y la abundancia; y el metal, la claridad y la precisión.
Entre la sociedad china todavía hay mucha gente que utiliza la regla del Feng Shui con el objetivo de mantener en equilibrio entre el Yin y el Yang, la dualidad de fuerzas opuestas que impulsa el flujo del chi. Esto se aplica a la hora de tomar cualquier tipo de decisión, desde la orientación de la vivienda, hasta las plantas que se escogen para decorar la casa, y justo hoy, la protagonista es una planta con infinitas propiedades y que impulsa también la energía positiva, la lavanda.
Más que decoración
Al igual que todas las plantas, la lavanda representa uno de los cinco elementos de la naturaleza, en este caso es la madera y simboliza la renovación, el equilibrio y el crecimiento, por ello, es muy común encontrarla en muchos hogares asiáticos. Además, no deja de ser una planta sumamente elegante y de un color, inusualmente bonito, lo que la convierte también en la planta perfecta para decorar cualquier estancia.
Más allá de las creencias taoístas o de su valor estético, la lavanda cuenta con múltiples propiedades beneficiosas, entre ellas destaca su aroma inigualable. El olor de esta especie puede tener varios usos, por ejemplo, si se colocan unas ramas en el armario pueden evitar los malos olores que se generan en la ropa cuando no se utiliza durante mucho tiempo, cómo puede pasar con los cambios estacionales. Asimismo, sirve para mantener el ambiente fresco y con un rico olor.
Relajación y fácil cuidado
Por otro lado, aspirar este olor puede generar sensación de paz, ya que contienen propiedades relajantes. Las macetas, velas aromáticas o esencias especiales compuestas por esta planta, pueden ayudar a mejorar el estrés y la calidad del sueño, por ello, el dormitorio puede ser la zona ideal para colocar objetos con lavanda.
Otra buena opción es colocar una maceta detrás de la puerta principal de la casa, ya que el Feng Shui afirma que esto atraerá la buena fortuna. Pero no solo en la casa, esto también se puede trasladar al área de trabajo, donde promoverá la concentración y prevención contra malas energías.
Los cuidados de esta especie son sencillos: necesita al menos seis horas de luz directa, poco riego, solo cuando el sustrato esté seco, la tierra debe ser algo alcalina y debe estar bien drenada y, por último, se debe podar únicamente cuando las flores estén marchitas, para permitir que los nuevos brotes florezcan.