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De la cocina a la decoración: el doble papel de la calabaza en otoño y Halloween

En otoño, el primer fin de semana de noviembre convierte las calabazas en protagonistas, entre tallados, luces y decoraciones festivas.

En otoño, el primer fin de semana de noviembre convierte las calabazas en protagonistas, entre tallados, luces y decoraciones festivas.
Calabaza de Halloween | Verdecora

En otoño, las calabazas se convierten en un ingrediente esencial de la cocina, utilizadas en guisos, cremas y purés que acompañan las comidas de la temporada. Sin embargo, durante el primer fin de semana de noviembre, esta hortaliza adquiere un papel completamente distinto con la celebración de ciertas festividades. Las calabazas se transforman en elementos decorativos que llenan hogares y calles de color y simbolismo. De esta manera, su presencia trasciende la gastronomía para integrarse en rituales y tradiciones populares.

En Estados Unidos, Halloween convierte la decoración de calabazas en una actividad tradicional, con tallados que crean caras y motivos diversos. Esta costumbre se ha ido popularizando en España, donde cada vez más personas participan en talleres o decoran sus casas siguiendo estas prácticas. La actividad combina creatividad y entretenimiento, generando un ambiente festivo y participativo. Así, la calabaza mantiene su protagonismo, tanto en la cocina como en la celebración cultural.

La calabaza: alimento o decoración

Durante Halloween, las calabazas se convierten en protagonistas de diversas actividades que mezclan creatividad y diversión. Una de las más habituales es tallarlas para crear caras o figuras terroríficas, transformando la hortaliza en un elemento decorativo distintivo. Esta actividad se realiza tanto en hogares como en colegios y talleres, fomentando la participación familiar. Así, la calabaza deja de ser solo un alimento para convertirse en un símbolo de la festividad.

Otra práctica común es iluminar las calabazas talladas colocando velas o luces LED en su interior. Este recurso permite que las figuras creadas se vean en la oscuridad, generando un ambiente misterioso y característico de la noche de Halloween. La combinación de luz y diseño aporta un efecto visual impactante que atrae la atención de vecinos y visitantes. De este modo, la iluminación refuerza el valor decorativo de la calabaza en la celebración.

Además, algunas personas utilizan las calabazas para crear manualidades o centros de mesa temáticos. Pintarlas, decorarlas con pegatinas o complementarlas con elementos de Halloween permite generar adornos originales y personalizados. Esta actividad también se extiende a fiestas y concursos locales donde se premia la creatividad. Así, la calabaza se consolida como un elemento versátil que integra arte, tradición y entretenimiento.

Otras actividades

Organizar fiestas temáticas donde los disfraces y la ambientación juegan un papel central, es otra tradición muy popular de esta celebración. Niños y adultos se visten con atuendos de miedo o fantasía, mientras las casas se decoran con telarañas, esqueletos y calaveras. Estas reuniones combinan juego y socialización, fortaleciendo los lazos familiares y vecinales. De esta manera, la festividad se vive tanto en espacios privados como en el entorno comunitario.

El "truco o trato" es también una tradición destacada, especialmente entre los más pequeños. Los niños recorren las calles pidiendo dulces y golosinas a cambio de sus disfraces, generando un ambiente lúdico y participativo. Aunque esta tendencia aún no está tan extendida en el país, es posible que en el futuro se integre junto con otras tradiciones de Halloween. Actualmente, en España es más habitual que los jóvenes se reúnan con amigos para ver películas de miedo.

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