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FALLECIÓ AL SER TRASLADADA AL HOSPITAL DE MURCIA

La Consejería de Sanidad de Valencia admite que "no había camas" para atender a la niña que murió tras una ortodoncia

La Consejería de Sanidad de la Generalidad valenciana ha admitido que el pasado 28 de diciembre "no había camas suficientes" en la UCI pediátrica del Hospital General de Alicante para atender a una niña boliviana de 5 años que llegó con convulsiones tras someterse a una ortodoncia en una clínica y luego murió en Murcia. El padre de la pequeña, William Pardo, ha denunciado su fallecimiento "aclarar la situación, ya que hasta el momento sólo se ha encontrado con problemas de presión por parte del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia para que done los órganos de su hija y la incineren".

L D (EFE) El pasado 28 de diciembre la niña acudió a una clínica alicantina para que la extrajeran, según la Asociación del Defensor del Paciente (ADEPA), "dos dientes de leche dañados". Para ello, "le aplicaron anestesia general de la cual no despertó más. La llevaron al Hospital General de Alicante y, pese a ser un caso de extrema gravedad, incomprensiblemente se la trasladó al Hospital Virgen de la Arrixaca, donde falleció", añade ADEPA en la nota.

El departamento de Sanidad del Gobierno valenciano indicó que la pequeña fue llevada al Hospital General de Alicante "con un cuadro convulsivo" por la anestesista que la había asistido en la clínica, la cual le había practicado "una sedación". Los pediatras del centro hospitalario la atendieron y estabilizaron, aunque, al no "haber en esos momentos camas suficientes en la UCI pediátrica para atenderla en condiciones, se pactó el cambio a Murcia", señalaron.

Según la Consejería, la pequeña estaba estable, "aunque su estado era grave y su situación difícil", cuando entró en la ambulancia del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) que la llevó al Hospital Virgen de la Arrixaca, mientras que durante el trayecto "no hubo problemas". De acuerdo con las fuentes consultadas, "la decisión se tomó para salvarle la vida, pues el traslado sólo se hace si es absolutamente necesario".

Por su parte, el responsable de la clínica dental, el doctor David Esteve, en declaraciones a Efe, lamentó la muerte de la pequeña, aunque defendió la actuación de los profesionales de este centro. De acuerdo con su versión, la niña estaba siendo tratada en esta clínica desde el pasado mes de abril después de que una pareja de pacientes que pretendía adoptarla y había iniciado los trámites para ello la llevaran "porque tenía la boca muy mal".

Esteve negó, como sostiene ADEPA, que el pasado 28 de diciembre únicamente se le fueran a extraer dos dientes de leche, sino que también "tenía las encías inflamadas, había que extraerle raíces y no tenía ni un diente bien". También rechazó que en la intervención se le administrara una anestesia general y precisó que fue "una sedación normal ambulatoria" a base de un fármaco que identificó como "midazolán".

La anestesista que trabaja con la clínica le administró el tratamiento, pero cuando iba "a revertir la situación" (se encontraba inconsciente) se iniciaron unas "convulsiones", relató. A pesar de darle medicación para tratar de frenarlas no se consiguió y las convulsiones, prosiguió, se convirtieron "en un estatutus epiléptico, una emergencia médica que de no tratarse provoca graves daños cerebrales".

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