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La surrealista historia de Eugenea Collins, la estadounidense que dice ser la verdadera Madeleine McCann

La joven, que es adoptada, asegura que creció pensando que el único imputado por la desaparición de Maddie era su padre biológico.

La joven, que es adoptada, asegura que creció pensando que el único imputado por la desaparición de Maddie era su padre biológico.
Eugenea Collins (ahora) y Madeleine McCann (cuando desapareció). | Facebook/Policía Metropolitana de Londres

El nombre de Eugenea Collins, una joven estadounidense de 22 años, se suma a la nada desdeñable lista de mujeres que han dicho o creído ser Madeleine McCann, la niña británica de 3 años que desapareció cuando veraneaba con su familia en el Algarve portugués en 2007. Ella se presenta como la "oficial", según vemos en la última denominación (@theofficialmadeleinemccann) de su perfil de Instagram —que ha cambiado de nombre cinco veces desde su creación, en septiembre de 2024— que dedica únicamente a compartir post relacionados con su supuesta verdadera identidad.

Parece que la ‘fiebre McCann’ le entra hace aproximadamente seis meses, que es cuando empieza a publicar en todas sus redes los motivos que le llevan a pensar que podría ser la pequeña secuestrada hace casi 18 años del apartamento donde dormía con sus hermanos. "My name is Eugenea Collins and I am the real Madeleine McCann (Mi nombre es Eugenea Collins y soy la verdadera Madeleine McCann)", indica en su perfil de Facebook. Según explica ampliamente en un post que escribió el 2 de octubre de 2024, de niña no sospechó. Pero ahora, que es adulta, se ha dado cuenta de que hay cosas de su pasado que no están claras.

Pone como ejemplo cuando su madre no le dejó entrar en el equipo de animadoras, mientras que sí se lo permitió a su hermana pequeña. "Está empezando a tener sentido por qué mi madre actuó de esa manera", señala. "Se aseguró de que mis fotos no salieran en el periódico para nada relacionado con la escuela o cualquier otra cosa", concluye. La joven, que es adoptada, asegura que ha intentado encontrar respuestas pidiendo ayuda a las personas de su entorno e incluso a la policía. Pero nadie le toma en serio.

Por lo que explica, una de las cosas que más le escaman es que no ha podido ver su certificado de nacimiento original y que hay cosas extrañas en los documentos de su adopción. Cosa que —por otra parte— le estaría acarreando problemas en la actualidad. "Desafortunadamente no puedo obtener una identificación porque mi tarjeta de la seguridad social no coincide con mi certificado de nacimiento de adoptada", asegura. "El abogado que hizo nuestra adopción creó un certificado de nacimiento y selló todos los archivos viejos", explica, "para que mi padrastro estuviera en nuestro certificado de nacimiento".

Ante esta situación, la joven se habría hecho unas pruebas de ADN —sin comparar su material genético con el de los McCann— que le habría proporcionado nuevas pistas sobre su origen. Según ha afirmado en declaraciones al periódico británico Daily Mail, tiene un 68% de ascendencia inglesa y noroeste de Europa. Este sería el único de los argumentos que presenta que se podría demostrar documentalmente, el resto es pura especulación. La parte más llamativa de su relato tiene que ver con la historia que cuenta sobre la persona que a ella le dijeron que era su padre biológico.

Conexión con Brueckner

Collins asegura que ella creció pensando que Christian Brueckner, el único imputado por la desaparición de Madeleine, era su padre biológico. Se dio cuenta de que se trataba del pederasta alemán al que se ha relacionado con el caso cuando le identifican como sospechoso en el año 2020.

"Se parece a mi padre biológico o a quien me han dicho que es mi padre biológico toda mi vida", pensó. Aunque nunca habría tenido relación con él, por lo que ha contado a Daily Mail, "cuando vi por primera vez las fotografías de Christian Brueckner reconocí inmediatamente a ese hombre". "Siempre me dijeron que estaba un poco loco", sentencia.

Diferencias con Maddie

Pero, aun dando estos argumentos por buenos, no hay explicación posible al hecho de que hay ciertas diferencias físicas entre Eugenea y Maddie que serían insalvables. Algo que constantemente le reprochan los usuarios que se pasan por sus redes sociales. La primera, y más evidente, es que —aunque la americana es rubia con los ojos azules— no tiene el coloboma (mancha en el iris derecho) tan característico de la niña británica.

También parece que sus orejas tienen rasgos distintos a los de la menor desaparecida. Cosa que ella justifica alegando que cree que se las operaron cuando era pequeña precisamente para provocar dicha diferencia estética y que el parecido físico fuese menor. Según asegura Eugenea, tiene unas cicatrices en la parte posterior de las orejas que confirman su teoría sobre la mencionada intervención quirúrgica.

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