
El alemán Christian Brueckner, principal sospechoso por la desaparición de Madeleine McCann, recupera la libertad este miércoles tras cumplir una condena de 7 años de prisión por violar en 2005 a una anciana estadounidense de 72 años en su casa de Praia da Luz —la misma zona de la costa portuguesa en la que se perdió la pista de la menor británica el 3 de mayo de 2007—. Pero lo hace con una serie de medidas que permitan saber por dónde se mueve y eviten que salga de Alemania.
El varón, al que la fiscalía de Braunschweig considera responsable de la muerte de la pequeña Maddie, tiene que llevar una pulsera telemática en el tobillo, le ha sido retirado el pasaporte, debe comunicar su lugar de residencia y también presentarse regularmente a firmar. Según informa el diario alemán Der Spiegel, esas son las condiciones que dictaminó el pasado 9 de septiembre el Tribunal Regional de Hildesheim como parte de su supervisión de libertad condicional.
La defensa de Brueckner ha anunciado un recurso contra la orden de libertad condicional, alegando que es un "intento de la fiscalía de mantenerlo en una especie de prisión preventiva, donde tendrían acceso a él en cualquier momento". "No lo aceptaremos", ha aseverado el abogado Philipp Marquort. No obstante, la presentación del mencionado recurso no supone la suspensión de las medidas acordadas por el tribunal hasta que éste se pronuncie al respecto del mismo.
Las condiciones llegan después de que —el pasado 3 de julio— se celebrara una audiencia preliminar en la que se concluyó que existía el riesgo de que al salir de prisión volviera a cometer delitos graves, particularmente de índole sexual contra mujeres de cualquier edad, y también de que pudiera huir al extranjero. Cabe recordar que Brueckner tiene a sus espaldas un largo historial como depredador sexual, incluida una condena por abuso infantil y posesión de pornografía con menores.
Creen que mató a Maddie
El fiscal alemán encargado del caso de la desaparición de Madeleine, Hans Christian Wolters, ha manifestado en diferentes ocasiones que cree que Brueckner secuestró y mató a Maddie. Cuando la pequeña desapareció, él vivía a unos 3 kilómetros del complejo en el que veraneaban los McCann y la geolocalización de su teléfono lo sitúa en la zona la noche de los hechos.
En su momento, también reveló la existencia de una conversación de chat en la que Brueckner reconoce aspectos como que quería "atrapar a un niño pequeño y usarlo durante días" e incluso grabar en video "cómo lo torturo". Estaba "obsesionado" con los niños, aseguró el representante del ministerio público.
Hubo un testigo clave
Bruckner vivió en el Algarve desde 1995 hasta 2007. Se marchó a Alemania poco después de la desaparición de la pequeña británica. En 2002, un antiguo amigo suyo de la época en la que residió en Portugal contactó con Scotland Yard y le incriminó en lo que le ocurrió a la pequeña Maddie.
El testigo aseguró que se encontró con Brueckner en el pueblo español de Órgiva unas semanas después de que se perdiera la pista de la menor de 3 años en Praia da Luz, que hablaron del caso y él realizó una afirmación que le señalaría como el responsable de lo que le sucedió a la niña británica.
Según su relato, él le comentó a Brueckner que le parecía extraño que Madeleine hubiera desaparecido sin dejar rastro. Su respuesta: "Sí, no gritó". "Hablaba en serio", aseveró el testigo. Es ahí cuando los investigadores descubren que el móvil del sospechoso estuvo conectado a una antena de Praia da Luz hasta poco antes de la desaparición de la niña.


