Tras la oleada de confesiones que comenzó en Hollywood con la publicación de los acosos sexuales de Harvey Weinstein, cada vez son más las mujeres que dan un paso al frente y reconocen haber sido víctimas de acoso. Siguiendo a Leticia Dolera o María Jiménez, la ultima en compartir su calvario ha sido Cristina Tárrega.
Durante El Programa de Ana Rosa de este miércoles, Cristina confesó unos hechos de los que todavía le cuesta hablar: "Aún a día de hoy tengo pesadillas con lo ocurrido y me despierto sobresaltada", reconoció. Cuando Joaquín Prat le preguntó si había sido víctima de insinuaciones de carácter sexual respondió tajante: "Sí, de acoso sexual y de abuso de poder".
Cristina también confesó que la única forma de frenar a su acosador fue abandonando el trabajo y plantándole cara. Entre lágrimas, desveló que se trataba de la que fue su jefa en su primer trabajo en Madrid: "Llegué joven a la capital y tuve la mala suerte de que una mujer me enfilara. Era una especie de amor-odio y me empezó a hacer la vida imposible. Ella, que era mi superior, me pedía que comiera con ella, que cenara con ella y luego me acosaba a otros niveles".
Además, asegura que esta persona contó con la ayuda de un seguidor de la presentadora para continuar acosándola y hacerle la vida imposible: "Se aprovechaba del seguidor y le pedía que viniera a mi casa a molestarme. Le daba la dirección de mi casa y más pistas". Unos hechos que le obligaron a recurrir a la Policía, siendo los únicos que consiguieron ayudarla: "Estuve seis meses con protección policial".
Una historia que Cristina no había desvelado hasta ahora, porque como ella misma contó siempre tiene muy presente un consejo de su abuela: "Cristina, hagas lo que hagas nunca tienes que dar pena", siendo este el motivo por el que ha tardado tanto en desvelar el trágico episodio que todavía le quita el sueño.