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Falta valor civil

La corrupción española no es una plaga bíblica, sino la apoteosis de un sistema político que sobrevive sin los principios fundamentales que rigen las democracias avanzadas

lluviaen dijo el día 2 de Noviembre de 2009 a las 00:39:

La corrupción de la que se habla estos días son corrupciones personales de enriquecimiento y de fraude partidista, posibilitado por un Estado de partidos de una sociedad sin ideales y sin separación de poderes. Es decir, sin frenos morales ni institucionales a la corruptibilidad.

El actual Gobierno y el partido socialista están corrompidos porque la humanidad es corruptible y porque, en particular, el poder corrompe. Un cambio de gobierno hacia la derecha social no evita en absoluto la corrupción. La corrupción es inherente a todas las formas de poder oligárquico, y muy en especial a la que se organiza en el Estado de partidos.

Todos los implicados, de la forma que sea con la Monarquía parlamentaria, jamás reconocerán que este régimen monárquico, inspirado en el modelo italiano, no es, ni será nunca, una democracia formal (no representa a electores sino a partidos y no hay separación de poderes sino de funciones), la ideología dominante, prefiere seguir poniendo paños calientes en las erupciones purulentas del sistema político.

Hemos llegado a un punto de no retorno. Y queramos o no, lo sepamos o lo ignoremos todavía, pronto tendremos que hacer una elección decisiva. O seguir caminando por donde vamos, con la vana ilusión de que otro partido adecentará los arcenes del camino encenagado, o sacrificar el régimen del costoso y corrupto Estado de partidos (y de autonomías) a las reglas formales y al espíritu público de la democracia, en una nueva forma de Estado que salve la dignidad de España y la economía productiva de los españoles.