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Amando de Miguel

Ad hóminem

En efecto, la defensa de la libertad nunca puede ser considerada como un extremismo. Extremistas son más bien los que atacan la libertad.

¡Buena la hice al asegurar que siempre me he sentido más castellano que leonés! Recibo todos los días una gavilla de correos increpándome por mi falta de sensibilidad al respecto. Vaya uno como muestra, el de Alfonso González Gutiérrez (León, País Leonés). Concluye impávido y apodíctico: "Por tanto, señor De Miguel, usted es Leonés, pero no porque lo diga yo, sino porque así está establecido". ¡Qué española es esa manera asertiva de hablar!

Luis Vila asegura que "somos muchos los que pensamos como ustedes [los de LD] y no nos consideramos extremistas". En efecto, la defensa de la libertad nunca puede ser considerada como un extremismo. Extremistas son más bien los que atacan la libertad.

Pedro M. Araúz (Manzanares de La Mancha) tercia en la disputa sobre el radicalismo. Me remite este billete:

No estoy de acuerdo con Javier. Javier, yo también era moderado y centrista, pero las circunstancias me hacen cada vez más radical. Repito lo que le dije el otro día, lo que han hecho denegándole la categoría de emérito es una tropelía de los sectarios que "okupan", la universidad. Y al Marqués de Paracuellos haciéndole doctor.

Supongo que el "marqués de Paracuellos" es Santiago Carrillo.

José María Navia-Osorio, grafómano donde los haya, confiesa que le "dan mucha envidia" las reseñas que yo incluía sobre los libros escritos por algunos libertarios. Añade: "A mí me encantaría escribir un libro, pero soy incapaz [de escribirlo] por dos motivos". Uno es la "vagancia", o quizá el miedo ante el montón de folios que han de ser rellenados. Otro es "la suposición de que no me daría el caletre para tanto". Cavilo que ninguno de los dos motivos es de peso. La razón es que don José María me envía un "ismael" todos los días, repleto de ideas, observaciones, sentimientos. Solo si acumulara esos correos durante un año ya tendría un libro. A fe mía que sería muy interesante. Todo el que escribe sabe escribir; no digamos si disfruta escribiendo.

Juan Carlos (espero que no sea el Rey, ni tampoco Girauta) me espeta lo siguiente:

¡Vamos a ver! ¿Cuándo narices va a sacar usted el libro donde figuren sus artículos de "La lengua viva"? Sabe perfectamente que es un clamor popular la petición de que lo haga. Desde luego bastante más clamoroso que sacar de la cárcel a de juana chaos (lo pongo en minúscula, por que no me gusta utilizar la mayúscula en nombres de animales). Espero que en su próxima entrega, en vez de comentar la presente, sencillamente nos dé una fecha.

Agradezco mucho la animosa petición, pero no he recibido ninguna oferta de editores para esa iniciativa. Lo que sí estoy planeando es un proyecto más completo. Se trata de escribir un libro, conjuntamente con el profesor Francisco A. Marcos-Marín, de la Universidad de Texas, San Antonio. La ocasión viene dada por mi estadía en esa universidad el año que viene. Mi parte de ese libro utilizaría como fuente principal la colección de comentarios de "La lengua viva". A su vez, se serviría de las notas que voy a escribir para uno de los cursos que voy a dar en San Antonio.

Joaquín Ramírez (Córdoba) asegura: "Me alegro muchísimo de que no le admitan como emérito de su universidad [...] casi no quedan universitarios, ya sean profesores o alumnos".

Alfredo Llaquet Alsina me felicita por lo de mi propuesta de estadía en San Antonio de la forma más tierna: "Debe de ser maravilloso saber que hay tantas personas que le tenemos un sincero afecto, aun cuando nunca le hemos conocido en persona. Creo que es un justo premio por intentar vivir con honestidad, mucho más valioso que otros de más renombre, según lo veo yo". ¡Cuánto reconforta recibir un mensaje así! Es una maravilla la red de afectos (y a veces de desafectos) que se ha formado a través de este rincón en el site de LD. Por cierto, eso de site lo hemos traducido por "página" (electrónica), pero no es una buena adaptación. Deberíamos haber escogido sitio, ya que site procede del situs latino (= situado, localizado). En el castellano madrileño decimos "los reales sitios" para indicar los asentamientos de los palacios de los Reyes.

Santiago Roig Mafé (Vinaros, Castellón) me pregunta, preocupado, si voy a mantener esta seccioncilla durante mi estadía en San Antonio de Texas. Espero que sea así. Esta es la ventaja de la internet: da igual la distancia. La única dificultad es que no puedo llevarme conmigo el par de toneladas de lexicones que tengo en casa. Pero confío en la buena provisión de la biblioteca sanantoniana.

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