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Amando de Miguel

Al inicio

La corrección léxica no es solo distinguir las fórmulas bien dichas de las mal dichas. Esa es la fase primordial, pero hay más. Podemos llegar a un punto en el que la enfermedad léxica está en el abuso de una sola forma posible con exclusión de otras. El habla es riqueza y variedad. De lo contrario volvemos a los sonidos guturales de los primeros homínidos.

Tómese, por ejemplo, la locución “al inicio”. Está perfectamente construida, aunque suene un tato anacrónica. Dígase “al inicio” cuando se precise, que parece razón más propia la de un texto solemne o formal. Sin embargo, para andar por casa, prefiérase “Al principio”, “al comienzo” y variaciones concomitantes.

Ignoro por qué, pero mi consejo no se sigue en las radios y televisiones. En su lugar, “al inicio” para arriba y para abajo. Quizá suene más culto, más latinizado. En todo caso prefiérase “en el inicio”, aunque ya sé que el español abusa de la preposición “en”. Nos pierde la monotonía en español. Hagan como yo, cuando oigan dos “al inicio” en un minuto, zapeen.

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