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Amando de Miguel

Conocer es distinguir

Los asuntos léxicos que aquí se tratan no se resuelven fácilmente con la alternativa correcto-incorrecto. Esa lógica binaria ─que tanto se aplica ahora en los menús de todo tipo─ no nos sirve de mucho. En su lugar se alza la lógica de distinguir matices y condiciones. Por eso caben errores y rectificaciones. Al menos yo aprendo mucho de las correcciones fraternas que me envían los pacientes libertarios digitales.
 
Respecto a la polémica sobre si se debe decir “advertir que…” o “advertir de que…”, Carlos Amor Lahera explica muy bien la lección. Hay tres sentidos: (1) Advertir de que (= informar de algo), (2) Advertir que (= llamar la atención a alguien), (3) Advertir (= notar, percibir algo). Con esa triple distinción la cosa está clara y me sirve para rectificar algunos pasados desvíos. En contra de lo que he sostenido en alguna página anterior, el advertir de que es perfectamente lícito. Quedo advertido.
 
José María (Madrid) se resiste al verbo asperger (= rociar un líquido en gotas menudas) y al correspondiente pulverizador o spray. Quizá lo de spray va a quedar en esprai. Es así como lo decimos. Para mí sería más bonito aspergidor. Pero lo tengo perdido.
 
Raúl de Juan vuelve con lo del artículo determinado el delante de una palabra que empieza con una a tónica (acentuada). La consulta es: “¿Por qué se dice el agua está sucia? ¿No deberíamos decir sucio?”. No. “Agua” es siempre femenino, incluso cuando se dice “el agua” por lo molesto que resultaría decir “la agua”. Hay alguna vacilación entre “ese agua” o “esa agua”. Me inclino por la segunda, pero la primera tampoco chirría demasiado. Últimamente se la he oído a un presidente de una comunidad autónoma que sabe mucho de agua.
 
Abayubá Alencastro (San Luis, Colorado) se asombra de que en su pueblo digan “almuerzo” para el “desayuno”. Está en la mejor tradición española. Como es sabido a algunas zonas del Oeste norteamericano llegaron los españoles mucho antes que los pioneros. El morsus o muerdo es la colación que se toma por la mañana. Puede ser equivalente al desayuno (primera colación o pasto, como antes se decía), a media mañana o como comida del mediodía. Ante tanta vacilación, conviene que nos pongamos de acuerdo. El desayuno es la primera comida del día. El almuerzo es el tentempié de media mañana. La comida propiamente dicha es la de primeras horas de la tarde. Al menos en la España actual, esta terminología es la más usual. Solo en el lenguaje afectado se llama almuerzo a la comida de primera hora de la tarde, sobre todo si invitas o te invitan. No está de más recuperar la merienda, de media tarde (el equivalente del té inglés), puesto que la cena se hace esperar. Si salimos de noche, a la vuelta nos espera el resopón.
 
Jaime Lerner (Tel Aviv, Israel) es un crítico sagaz y un asiduo libertario digital. En esa condición subraya esta frase de LD: “El terrorismo islamista ha vuelto a perpetrar otra masacre masiva”. Comenta con sorna: “No existen masacres individuales, toda masacre es plural o masiva por definición”. Tiene toda la razón. Aunque sería mejor matanza que masacre.
 
Etsuo Tirado Hamasaki (Perú) se pregunta si la traducción delBoardinglés esConsejooConcejo. Comprendo que para la fonética de un peruano las dos palabras sean la misma, pero su origen es un poco diferente.Consejoviene de consilium que es el consejo que adopta un órgano colegiado. En cambio, elconciliumes más bien la junta que se reúne para deliberar. En la práctica son intercambiables. El uso en español ha hecho que elconcejose reserve para la junta municipal, mientras queconsejo, más amplio, se refiere a cualquier órgano colegiado. Así pues,Board= Consejo. No es lo mismoconcejal(del Ayuntamiento) queconsejero(de cualquier consejo).

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