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Amando de Miguel

Decálogo de Peñalba

Paradójicamente, la desinformación de una gran parte del electorado aporta votos a la izquierda. Muchos de los que se desinteresan de la política forman una especie de ejército de reserva para ser movilizados únicamente en el día de las elecciones.

Continúan las "razones para votar a derechas", el texto que empezó a gestarse en el mitin de Peñalba (Collado-Villalba), el 20 de octubre de 2006.

  1. La política negativa de claudicación lleva a que el Gobierno español actual se alíe positivamente con algunos regímenes de dudosa raigambre democrática: Marruecos, Bolivia, Venezuela, Cuba, Turquía. Esa simpatía por el despotismo y el populismo significa que el Gobierno español actual comete una verdadera traición a Occidente.
  1. Ante una situación tan grave, son insuficientes las posturas que significan meramente "entender la realidad". Esa es la posición intelectual en la que hasta ahora me he situado. Es menester dar un paso más. Hay que transformar la realidad, con las modestas fuerzas de cada uno. Nos encontramos en un momento de emergencia nacional parecido al de 1808. Nos espera un movido bicentenario de lo que propiamente se llamó Guerra de la Independencia.
  1. Las próximas elecciones municipales van a ser tan decisivas como las de 1931, en las que se dio paso, no ya a un cambio de Gobierno sino de régimen político. La gran diferencia es que ahora, por fortuna, estamos en un país urbano y próspero. Pero, al igual que en 1931 o en 1808, la situación actual es la de una amenaza de descoyuntamiento de la nación. España no debe reducirse a ser lo que quede después de que algunas regiones hayan decidido desgajarse del tronco común sin que se nos pida la opinión al pueblo español. Lo pésimo es que en algún caso esa decisión la tome una banda terrorista.

Me refiero al descoyuntamiento de la nación española como una metáfora organicista. También se puede decir desmembramiento. Se parte de la noción de la nación como un ser vivo. Si se acepta la imagen alternativa de la nación como una construcción histórica, debida al esfuerzo de muchas generaciones de españoles, sería mejor hablar ahora de demolición o de disolución de España. Sea cual sea la metáfora, el hecho estremece.

  1. Por el momento la ideología dominante en la mayor parte de España es la de izquierdas. Su éxito mayor es paradójico: consiste en fomentar la despolitización de una parte de los españoles, cuidadosamente desinformados. Las personas desinformadas tienden a creer que "todos los políticos son iguales", en el sentido de que son igualmente mendaces o corruptos. No es así, desde luego. Por lo mismo hay muchos españoles de toda condición que mantienen algunos valores que no son los de ganar dinero y divertirse por encima de todo.
Paradójicamente, la desinformación de una gran parte del electorado aporta votos a la izquierda. Muchos de los que se desinteresan de la política forman una especie de ejército de reserva para ser movilizados únicamente en el día de las elecciones con viscerales eslóganes. Por ejemplo: "no a la guerra" o "la derecha es el fascismo asesino". Incluso se promueven gritos positivos en favor de la "paz", el "progreso" o la "memoria histórica". Esa calculadísima estrategia electoral hace necesario que la coalición nacionalista-socialista ponga un especial cuidado en el control de los medios de comunicación, que son, por tanto, de confusión. Es fácil ese control de los contenidos de los medios, pues el grueso de los empresarios del sector y más aún de los periodistas son afines al nacionalismo o a la izquierda radical.

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