Me sumo a esa iniciativa de los barceloneses. Piden que se cambie el nombre a la calle Sabino Arana. No soy partidario de alterar porque sí los nombres de las calles. Es bueno que convivan nombres de liberales, carlistas, republicanos, franquistas, demócratas y nacionalistas. Los nombres se ponen según van llegando. Pero hay algunos impresentables. Uno de ellos es el tal Arana. Parece mentira que siga siendo el ideólogo de un partido que se dice democrático. El aranismo fue una forma de integrismo. Tiene su sitio en la Historia, nada más. Su calle debe pasar a ser la de Cervantes.
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