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Amando de Miguel

Errores e ignorancias

Me dicen que especifique quién se come las letras y las sílabas al hablar en público. Es una tendencia muy general, quizá porque los españoles hablamos muy deprisa. Tradicionalmente, el mejor ejemplo era Fraga. Ahora la palma se la lleva la Pajín.

Pueden ser errores pero también ignorancias o, a veces, simples desviaciones debidas a la costumbre, a la inercia. No me corresponde juzgar esos sesgos del lenguaje. Mi misión es más humilde: decir lo que pasa. No soy juez sino notario. Me interesa el habla más que la lengua.

Varios libertarios me dicen que especifique quién se come las letras y las sílabas al hablar en público. Es una tendencia muy general en el politiqués, quizá porque los españoles hablamos muy deprisa. Tradicionalmente, el mejor ejemplo era Fraga. Ahora la palma se la lleva la Pajín. El defecto contrario es el de añadir sonidos innecesarios. El caso más irritante es de muchos presentadores de la tele que empiezan muchas noticias con una "y". Es una forma de hacer ligar una noticia con otra, pero muchas veces no pegan ni con cola.

José Luis Aristín (profesor de Fisioterapia en La Coruña) se lamenta de la cantidad de términos deportivos que no se traducen o se traducen mal. Hay libros enteros sobre el particular. Por ejemplo, llamar "míster" al entrenador de fútbol, o "sponsor" al patrocinador de un evento. Por cierto, añado que "evento" en buen castellano es un suceso inesperado. Ahora es lo contrario, el "evento" es lo que está perfectamente anticipado. Lo de los anglicismos del mundo deportivo no tiene remedio; van a más. Lo que más le molesta a nuestro amigo coruñés es que se mezcle sin ton ni son el inglés con el español. Recuerda el hombre que "el vino es cosa de Dios, el agua es cosa de Dios, pero mezclar vino con agua es cosa del Demonio". Claro que en la misa se mezcla el vino con el agua, por lo que el dicho no me parece muy bueno. Nuestros antepasados tomaban casi siempre el vino mezclado con agua. Tampoco es tan malo mezclar el inglés con el español en el habla corriente. En el inglés actual hay cada vez más expresiones o palabras españolas.

Álvaro Ortiz de Zárate se queja de la expresión "tener sexo". Es claro que se trata de una mala adaptación del inglés, precisamente porque en inglés se confunde el sexo con la sexualidad. Don Álvaro sugiere que digamos COMAS para las Comunidades Autónomas. Creo que se prestaría a muchos chistes, por lo que significa el verbo "comer". A mí es que no me gusta lo de "comunidades autónomas", pues son menos autónomas que el Estado. Pero, en fin, ya no hay remedio.

Tomás Toranzo se irrita con la voz "entrenos" en lugar de "entrenamientos" en el lenguaje deportivo. Tampoco hay nada que hacer. Por lo mismo que el verbo "entrenarse" ha dejado de ser impersonal o pronominal y ahora es intransitivo: "yo entreno" en lugar de "yo me entreno". Una vez más, hemos perdido la partida. Menos mal que sigue siendo diferente "lavarse" o "lavar", como no es lo mismo "correrse" que "correr".

José A. Martínez Pons sostiene que muchos nombres extranjeros los adaptamos a la transcripción del francés, lo que resulta improcedente. Por ejemplo, Tchaikovski tendría que ser Checosqui, o Kruchef debería ser Jruchef. No obstante, preciso es reconocer que la influencia del francés en el español ya no es la que era. La lengua fue siempre compañera del imperio. El de Nebrija tuvo una gran intuición en 1492.

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