Una buena noticia. El empleo aumenta más que el producto económico. Es lo contrario de lo que ha ocurrido durante los últimos lustros. La serie anterior tenía su lado positivo: aumentaba la productividad. Es una forma de decir que la sociedad invierte para el futuro. Por eso la “buena noticia” tiene su lado preocupante. Significa que disminuye la productividad, que “desinvertimos”. Es como ir comiendo los polvorones mientras se hornean. Nadie se alegraría si el Estado vendiera “Las Meninas” a un banco japonés. O todo el Museo del Prado. Aumentaría el PNB, pero nos empobreceríamos. Misterios profundos de la Estadística.
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