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Otra de las mentiras de los análisis apresurados de la pasión del momento, y de la tan extendida frivolidad del gremio periodístico en cuestiones serias, es la suposición de que ha habido una modificación en el mapa político de Álava. Nada más lejos de la realidad. No ha sucedido cosa distinta a que PNV y EA han unificado sus votos en una lista única. Si tal cosa hubiera sucedido en las elecciones autonómicas de 1998, habría sucedido lo mismo, pues esa coalición habría obtenido el 28,31 por 100 de los votos, frente al 27,02 del PP. En las pasadas elecciones, PNV-EA ha obtenido el 33,8 por 100 de los votos, frente al 32,7 por 100 de PP-UA. La distancia es idéntica, a pesar de que a favor de la primera han concurrido votos de Eh, que en Álava ha recibido el más duro castigo, bajando seis puntos, del 12,22 al 6,1.

Jaime Mayor Oreja y la candidatura del PP no sólo ha conseguido mantener los votos anteriores de esa formación más los de Unidad Alavesa, sino que ha aumentado en 2.566 votos. ¡Un resultado histórico! Por encima de cualquier previsión. También el PSE-PSOE ha mejorado sustancialmente sus resultados en dicha provincia o territorio histórico, pues desde el 17,04 del año 98 ha ascendido al 20,6 del 2001, con trece mil votos más.

La suma de los porcentajes de voto de PP y PSOE ofrece un resultado del 53,3 por 100, por lo que en absoluto puede hablarse a nada parecido a un vuelco en Álava o a una deriva hacia los compañeros de Urdangarín.

Lo dicho con anterioridad vale aún más en el caso de la capital, Vitoria. En este caso, el partido más votado ha sido el PP con 50.248 votos (1260 votos más), seguido de PNV-EA con 41.462. El PSOE obtiene 32.882, con un ascenso de 9.446 votos. La suma de PP-PSOE se eleva a 83.130, que dobla a los de PNV-EA y está muy lejos de los 48.825 de PNV-EA más EH.

Más clara es aún la situación de Bilbao. De repetirse los resultados en unas municipales, ¡el PNV perdería la alcaldía de Bilbao! Cierto, queda como primer partido (gracias a la suma de EA) con 91.630 votos, con un ascenso de 15.996 (EH pierde 11.500). Pero el Partido Popular obtiene 70.988 con un ascenso de 13.897 votos, mientras el PSE queda como destacada tercera fuerza con 43.054 votos y un incremento respecto a las pasadas autonómicas de 4.690 votos. Es decir, PP y PSE controlarían el Ayuntamiento de Bilbao. Tampoco puede hablarse de fracaso ni mucho menos en San Sebastián donde el Partido Popular cosecha 4.685 votos nuevos y el PSE otros 3.848, mientras EH pierde 7.920 que ha de ser una de las bolsas de voto de las que se beneficia PNV-EA que aumenta 12.882, pero PP y PSE son respectivamente la segunda y la tercera fuerza políticas.

¡Se ha vuelto a dar la diferente forma de voto entre grandes ciudades y zonas rurales! Pero ¿puede obviarse o convertirse en una ficción que en amplias zonas de Bizkaia y Guipuzkoa no se presentan listas del PP a los Ayuntamientos, ni hay sedes, ni se puede hacer campaña? ¿No es un hándicap terrible, por basarse en la coacción y el asesinato, y difícil de salvar? ¿Por qué de manera perversa a la hora de analizar los datos de las urnas siempre se obvia tal estado de excepción? ¿No es el negar esa evidencia la traslación de una frivolidad típicamente de salón madrileño y de tertulia de café? ¡Sólo elogio y apoyo merecen los que se juegan su vida por la libertad de todos y hacen la campaña que pueden aislados tras sus escoltas! ¡Cuánto intelectual a la violeta! ¡Cuánto derrotista de la estulticia que desconoce la realidad de partida!

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