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Larry Elder

El sesgo de los medios con Greenspan

La prensa persiguió dos objetivos con los titulares que publicó. Primero, informar de una nueva "deserción" del equipo de Bush, reforzando la idea de una insatisfacción casi universal con el presidente y su "fracasado mandato".

Vamos a jugar un poco. Un suceso reciente provocó los siguientes titulares. Greenspan culpa a Bush en un libro; ex jefe de la Reserva Federal: la política se impuso. El ex presidente de la FED Greenspan critica a Bush en su libro. Ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan pone a Bush a caer de un burro. El libro de Greenspan critica a Bush y los republicanos: "Merecían perder". Greenspan crítico con Bush en sus memorias; el ex presidente de la Reserva Federal elogia a Clinton. Greenspan condena el rumbo tomado por Bush y el Partido Republicano en su nuevo libro.

La publicación del nuevo libro del ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan ha provocado unos titulares que suponen un gran ejemplo de la parcialidad progresista de la prensa tradicional. Unos titulares que además dejan con la duda al lector. ¿Por qué criticó Greenspan a Bush? ¿Sus recortes fiscales? ¿La lenta reacción federal al Katrina? ¿La guerra de Irak? ¿Los supuestos abusos constitucionales en relación a la guerra contra el terror? ¿La postura de Bush sobre la reforma de la ley de inmigración? ¿El programa educativo No Child Left Behind? ¿La rebaja en el precio de las medicinas para los mayores? ¿Por qué fue?

Bueno, lo cierto es que Greenspan criticó a Bush y a los congresistas republicanos por el aumento del gasto público. ¿Por qué no se titularon las noticias así: El ex presidente de la Reserva dice que Bush gasta demasiado, Greenspan dice que Bush no puso orden en el gasto o Los republicanos gastan como los demócratas, según el ex presidente de la Reserva? ¿Por qué, se preguntará usted, los titulares de la prensa no decían eso?

La prensa persiguió dos objetivos con los titulares que publicó. Primero, informar de una nueva "deserción" del equipo de Bush, reforzando la idea de una insatisfacción casi universal con el presidente y su "fracasado mandato". Pero en segundo lugar, y más importante, protege a los demócratas. ¿Cómo? Si se examinan los gastos que aumentaron durante la administración Bush –los no relacionados con la defensa y la seguridad nacional y aquellos presupuestados para pagar las prestaciones del Estado del bienestar–, se verá que son los correspondientes a la ley educativa No Child Left Behind, la ley de rebaja de los precios de las medicinas para ancianos y las leyes de infraestructuras, repletas de obras destinadas a ganar votos para los legisladores. En cada uno de estos casos, los demócratas criticaron a Bush por no gastar más.

Los demócratas criticaron No Child Left Behind, pero no por su promulgación, sin por estar "escasamente financiado". Del mismo modo reprocharon a la ley de rebaja de precios en las medicinas para ancianos por lo que llamaron el "agujero del donut" que excluía a algunos de ellos. En otras palabras, que Bush no financió la ley todo lo que debía. Y sobre las leyes de infraestructuras, ambos partidos las llenaron de proyectos dedicados a hacerles ganar las elecciones. De modo que si rascas la superficie, lo que Greenspan dice en realidad que si cree usted que los republicanos son malos, espere a recibir una dosis de demócratas.

Los medios progresistas también echaron mano de la afirmación de Greenspan de que el plan económico de 1993 del presidente Bill Clinton demostraba "valor". ¿Cómo? Clinton elevó el tramo superior de la horquilla fiscal desde el 31% del presidente George Herbert Walker Bush hasta el 40%. Sin embargo, Greenspan apoyó los recortes fiscales del presidente George W. Bush, mientras que la mayor parte de los demócratas se opusieron. Greenspan incluso apoyó hacer permanentes los recortes.

Pero volvamos al gasto excesivo. Miremos los planes sanitarios de los senadores Barack Obama y Hillary Clinton. Quieren financiar parcialmente sus programas derogando, o permitiendo que expiren, los recortes fiscales de Bush al tiempo que añaden un incremento de los impuestos "a los ricos".

Greenspan, que se autodenomina "republicano liberal", dijo recientemente que la senadora Clinton "no sería mal presidente". ¿Pero cómo puede un republicano liberal que se respete apoyar su programa de sanidad universal recientemente anunciado, que costaría, como poco, 110.000 millones de dólares? Su propuesta obligaría a todos los americanos a tener un seguro médico. A propósito, al preguntar si su plan incluye a los extranjeros ilegales o no, una portavoz de Clinton dijo: "Eso es algo que vamos a tener que pensar un poco". Ah.

¿Recuerda este "republicano liberal" que califica de valerosas las subidas de impuestos de Clinton la promesa del presidente George H. W. Bush de no elevar los tributos? G. H. W. B. subió los impuestos, pero más tarde dijo lamentarlo. ¿Recuerda Greenspan que el presidente Reagan también subió los impuestos, y también más tarde dijo lamentar hacerlo?

El elogio del republicano libertario al presidente Clinton parece filosóficamente inconsistente a otro nivel. ¿Ha olvidado Greenspan el intento de Clinton de hacerse con el control gubernamental de la atención sanitaria, una séptima parte de la economía de la nación? Los republicanos se lo impidieron. ¿Recuerda Greenspan el intento de Clinton de aprobar a cualquier precio un "plan de estímulo económico" multibillonario? Los republicanos se lo impidieron. Hasta Bill Clinton, en un discurso ante algunos donantes ricos de Houston, reconoció: "subí demasiado los impuestos". (Tras las críticas, Clinton dijo después que lamentaba decir que lamentaba haber subido los impuestos.)

Así que aquí está el meollo de la cuestión.

Los medios tradicionales se apresuran a utilizar a Greenspan para atacar a Bush. Después rebajan la acusación esencial de Greenspan: que el Gobierno gasta demasiado. Lo rematan manifestando una total falta de curiosidad sobre el hecho de que un autoproclamado "republicano liberal" pueda apoyar simultáneamente las subidas de los impuestos de Bill Clinton y los recortes fiscales de George W. Bush.

¿Confuso? La solución simplemente es no profundizar demasiado. Por eso tenemos titulares.

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