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Internet está llena de sujetos de la peor calaña. Es la conclusión a la que inevitablemente llega el navegante imparcial, tras comprobar que la inmensa mayoría de weblogs insisten en que el ejército español —siguiendo las órdenes de su gobierno—, huye de Irak. José Bono, y especialmente Miguel Angel Moratinos, insisten en que lo que vamos a hacer allí no es una huida deshonrosa, sino una hábil operación de alta política para fortalecer el vínculo con nuestros aliados en la guerra de Irak. Pues bien, a pesar de lo evidente del razonamiento, en el extranjero siguen sin enterarse.
 
En una anotación titulada “Zappo ordena la retirada española”, los autores de EUROSOC se sorprenden de la rapidez con la que “Zappo ha decidido “fortalecer su compromiso en la lucha contra el terrorismo”: “Bueno, no esperábamos que fuera tan rápido. El nuevo Primer Ministro de España, que juró el cargo el viernes, ha realizado su primer acto público anunciando la retirada de las tropas españolas de Irak tan pronto como sea posible. Los 1.300 hombres dejarán Irak en 15 días. Previamente, José Luis Rodríguez Zapatero había afirmado que las tropas dejarían Irak a finales de junio, a menos que una nueva resolución de la ONU sobre Irak fuera aprobada.
 
Desde aquí sugerimos el mes pasado que Zapatero podría ser persuadido de mantener sus tropas en Irak como una decisión pendiente de ser revisada. Habría tenido la ventaja del seguir una línea anti-guerra que complace a sus nuevos señores en Francia y Alemania, mientras se evitaba la deserción respecto a sus aliados en tiempo de guerra, Gran Bretaña y Norteamérica. Deseábamos también que los altos mandos militares españoles aconsejaran a su nuevo Primer Ministro respecto a sus deberes con la coalición, para posponer la retirada. Después de todo, ningún militar quiere retirarse dejando una tarea inacabada.
 
(...) El presidente George Bush y el candidato demócrata John Kerry han atacado la decisión de Zapatero de huir de Irak. Según la BBC,Bush expresó su pesar ante la rápida retirada española en el transcurso de una conversación telefónica de cinco minutos con Zappo. El Presidente Norteamericano avisó al Primer Ministro español de que evitara cualquier otra decisión en ese terreno, lo cual daría más comodidad a los terroristas.
El corresponsal en Washington informó que John Kerry dio a Bush todo su respaldo. De acuerdo con la cadena, Kerry afirmó textualmente que hay un sentimiento extendido en los Estados Unidos de que el gobierno español ha cometido un serio error de juicio y ha permitido que se le vea como si su política fuera dictada por el terrorismo”.
 
El autor de otra bitácora igual de miserable, además de referirse a Rodríguez Zapatero con un irreverente “Zap”, tampoco comprende el profundo calado geopolítico de este plan del gobierno del PSOE para estrechar los lazos de amistad con nuestros aliados en la lucha contra el terrorismo. “No creo que Zap, el PSOE, o los votantes de Zap comprendan que esta conducta unilateral —porque es realmente unilateral, a diferencia cualquiera llevada a cabo por los norteamericanos—, va a situar a España en un problema de política internacional muy serio. Esto es completamente algo de aficionados, no es profesional. Uno no puede anunciar repentinamente uno de los mayores cambios en su política por sí mismo. Ni siquiera los norteamericanos lo hacen. Me estoy temiendo que España va a sufrir durante mucho tiempo incluso después de que Zap se haya ido, porque ha demostrado que es un cobarde que puede ser intimidado. El 11-M fue solamente el primer aviso”.
 
Resulta evidente, pues, que José Bono es un genio incomprendido. La capacidad analítica del ciudadano medio tiene dificultades para alcanzar las provincias intelectuales en las que se mueve el discurso estratégico de nuestro político manchego, pero de su tenacidad cabe esperar que ningún razonamiento, aunque se formule con insistencia desde todos los puntos del mundo civilizado, le desvíe de su firme decisión de fortalecer el vínculo trasatlántico a base de traiciones estratégicas como ésta. Algo que, por cierto, ya le ha valido a su presidente la comparación del Wall Street Journal con Franco, aunque fue el dictador quien construyó el vínculo atlántico —Agreements hispano-norteamericanos de 1953 y “abrazo” de Eisenhower de 1959— y el bisoño presidente en ejercicio quien, por el contrario, ha decidido desandar el camino. Pero a pesar de todo este goebbelsiano vendaval antidemocrático estamos seguros de que, pase lo que pase y pese a quien pese, D. José Bono seguirá con firmeza trabajando en pos del nuevo orden mundial anunciado por el PSOE. Digan lo que digan, que cantaba Raphael.
 
 
 

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