Hace un par de años casi nadie conocía el nombre de Mijail Jodorkovski, de 39 años, el hombre más rico de Rusia y propietario del recién creado gigante petrolífero “YukosSibneft”. Su fortuna personal, según Forbes, es de 8.000 millones de dólares. Ocupa el lugar 26 en la lista de las personas más ricas del planeta. Asimismo, según la revista, está considerado uno de los 10 empresarios más influyentes del mundo: logra mantener bajo el precio del crudo a pesar de todos los esfuerzos por subirlo de la OPEP.
Según Spiegel, Jodorkovski hizo su fortuna en los años 90. Utilizó los turbulentos tiempos del presidente Yeltsin para realizar unas “oscuras operaciones financieras”. La revista alemana asegura que Jodorkovski se hizo con recursos petrolíferos del Estado a precios muy bajos. Nunca se ha metido con el poder ni ha intentado “hacer política” como sus colegas “oligarcas” Gusinski y Berezovski, actualmente perseguidos por el Kremlin. Como es un clásico oportunista, sigue pagando a todas las principales facciones parlamentarias del país. Otorgó cuantiosas cantidades de dólares a la campaña electoral del presidente Putin. Paga al Partido Comunista cada año unos 5 millones de dólares, a la Unión de Fuerzas de Derecha, 3 millones y al partido liberal “Yábloco”, otros 11 millones.
Se espera que para las elecciones parlamentarias del próximo mes de diciembre Jodorkovski donará a los comunistas otros 7 millones. Y así podrá tener por lo menos a cuatro de sus hombres en las listas del partido con garantía de obtener mandatos parlamentarios. Número uno en estas listas será el general retirado del KGB, el comunista Alexey Kondaúrov, que actualmente es jefe del Departamento Analítico (de seguridad) del imperio de Jodorkovski.
El sistema de financiación de los partidos políticos le permite al magnate eludir cualquier crítica y riesgo de que alguien ponga en duda la procedencia de su riqueza, señala el periódico ruso Vedomosti. Por otra parte, cuida su imagen de empresario “patriota y progresista”. No escatima dinero para todo tipo de obras caritativas y para la prensa que elogia estas actividades. Construye casas gratuitas para sus obreros, da dinero a centros de enseñanza y a orfanatos u organiza exposiciones de arte porque es además un gran mecenas.
Al mismo tiempo, Jodorkovski busca contactos del máximo prestigio en el mundo de los negocios de Occidente. Así sus empresas están representados en Londres por el antiguo ministro británico de Exteriores, lord Owen. En total trabajan con él unos 50 ejecutivos occidentales. No oculta los planes de convertir su empresa en la más importante del mundo. Se propone construir próximamente un oleoducto desde Siberia Occidental al puerto de Murmansk (norte de la parte europea de Rusia) para suministrar petróleo a Estados Unidos. Otro gran proyecto de Jodorkovski es la construcción del oleoducto “Siberia-China”.
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