Alberto Recarte ya denunció la "incuria" y la "deshonestidad" del servicio de Estudios del Banco de España por dejar en una "suave desaceleración" lo que pasó a ser, en un informe posterior a las elecciones generales, una proyección de fuerte caída del crecimiento del PIB, hasta el 2,4% en 2008 y el 2% en 2009. Pues bien, ahora los expertos del Banco de España llevan todavía más lejos su realismo políticamente incorrecto al barajar, en su último informe de estabilidad financiera, un escenario de "cuatro trimestres consecutivos con caídas del PIB de magnitud similar a las ocurridas en la recesión de 1993".
Aunque el Banco de España recupere de este modo parte de la honestidad perdida, para un Gobierno como el de Zapatero, que ha proscrito la palabra "crisis" y que considera las muestras de realismo en materia económica como carencias de patriotismo, este último informe del Banco de España le ha debido parecer sumamente antipatriota. Más aun si tenemos en cuenta que la reciente adecuación del Banco de España a la realidad no se ha limitado a sus previsiones de crecimiento, sino que también ha incluido graves advertencias sobre la necesidad de reformas en el sistema de pensiones, de moderación salarial y de poner coto a la inflación, tal y como ha reclamado Miguel Ángel Fernández Ordóñez en la presentación del informe anual de 2007.
Si tenemos en cuenta la reprimenda que Zapatero le dirigió al presidente del Banco Central Europeo por advertir algo tan elemental como la necesidad de elevar los tipos para luchar contra la inflación, no queremos ni pensar la que le puede caer al presidente del Banco de España por sus muestras de honestidad y realismo sobrevenido. Y se lo tendrá merecido por antipatriota.