Para el separatismo, los Mossos son el embrión del Ejército catalán. Al parecer hay interés en que los 'traperos', así se les llama ahora, opongan más resistencia la próxima vez.
Cualquier cosa puede pasar, en efecto, cuando el pueblo, la ciudadanía, ha sido degradada a masa electoral fácilmente manipulable por la casta política.
Maragall, como su hermano Ernest, como la práctica totalidad de sus colaboradores, sería hoy un separatista más. Seguro. Valls aún está a tiempo de separarse de ese espectro.
El discurso de Donald Trump fue el de un patriota, al que le importan primero que todo su país y su gente, y lo demás es como tiene que ser, secundario.
Es realmente bonito ver a los ministros caer víctimas de su hipocresía por una chorrada, convertida en delito de lesa humanidad por el fanatismo de un puñado de progres descerebrados.
El centrista vendría a ser un pragmático con principios, escéptico comprensivo, desconfiado innovador, negociador transaccional y patriota constitucional leal al Estado de Derecho.
No es descartable que la renovada confianza que los directivos de Agbar tienen en el Gobierno nacionalista-insurreccional sea una especie de seguro de permanencia en el negocio.