En San Telmo abren la botella de champán. O quizás no. Porque se quedan sin argumentos para un hipotético adelanto electoral en Andalucía. Lo cierto es que, en base a lo tripitido en los últimos días por el ejecutivo andaluz, hoy se ha confirmado que el último periodo de sesiones de la legislatura va a seguir con el curso previsto, ya que el bloqueo al que temían los miembros de la Junta no se está materializando.
El pleno del Parlamento ha rechazado este jueves la enmienda a la totalidad que Vox había presentado al Proyecto de Ley de Economía Circular. Una norma clave en el mandato del Partido Popular y Ciudadanos que lleva años desarrollando la consejería de Agricultura y que trata de transformar la economía andaluza, para hacerla más sostenible.
Los votos en contra de todos los grupos de la cámara han impedido que prospere el veto de Vox, que considera la iniciativa como una calcomanía a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas que el Gobierno central asume como propia a través de la Secretaría de Estado que dirige el líder del Partido Comunista en España, Enrique Santiago. De hecho, el portavoz de Vox en Andalucía, Manuel Gavira, critica que el presidente andaluz, Juanma Moreno, "trata de hacerse el socialista" con unas medidas parecidas a las que impulsa desde Madrid "un comunista".
Por el lado contrario, y pese a permitir que la Ley siga con su tramitación en el Parlamento, desde el PSOE-A la califican como insuficiente y muestran su descontento. Por ello ya han anunciado que sí van a presentar enmiendas parciales para mejorar el texto definitivo. En cualquier caso, el líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, ha querido dejar claro que su partido no va a darle a Juanma Moreno "la excusa que necesita" para adelantar la cita con las urnas, con lo que permitirán la acción legislativa. Es una manera de dar oxígeno al Gobierno andaluz para ganar tiempo, que es lo que ahora necesita el socialista para darse a conocer entre las ocho provincias.
Andalucía, a la vanguardia de la sostenibilidad
En cuanto a la Ley, cabe destacar que lleva semanas anunciándose en Spotify y en medios de comunicación. Fue aprobada en un Consejo de Gobierno que se celebró antes de Navidad y su contenido quedó relegado a un segundo plano por la imputación fallida en ese momento de la consejera de Agricultura, Carmen Crespo. Pero lo cierto es que introduce numerosas novedades, como la creación de un nuevo organismo público: la oficina andaluza de economía circular, encargada de poner en marcha la Ley y de asesorar a empresas y administraciones locales para que la apliquen.
Desde la Junta defienden que con esta norma van a situar a la región en la vanguardia de un modelo económico dirigido a la sostenibilidad y al aprovechamiento responsable de los recursos naturales. El fin último es que, por ejemplo, un jersey viejo se convierta en un aislante térmico. A grandes rasgos: que los materiales se puedan reutilizar y que los residuos se vuelvan a convertir en materias primas.
Para ello se articulan medidas enfocadas al aumento de la vida útil de los productos y el favorecimiento de un uso racional de las materias primas, reduciendo el desperdicio alimentario, o luchando contra la obsolescencia programada. De tal manera, un restaurante de manera obligatoria deberá facilitar gratuitamente a clientes que lo soliciten alimentos que hayan abonado y no hayan consumido en envases compostables.
La normativa incluye la creación de un registro público de análisis del ciclo de vida de productos, obras y servicios; fomenta un uso y consumo responsable y prevé la eliminación de trabas burocráticas a las empresas. En definitiva, una estrategia con la que tratan de asemejarse a la legislación europea y ratificar el compromiso verde asumido por el gobierno de Juanma Moreno, tan puesto en cuestión por la polémica de los regadíos en Doñana.
El texto, una vez rechazada la enmienda de Vox, inicia ahora su trámite parlamentario en la Comisión de Agricultura. Allí se introducirán las enmiendas parciales, que se debatirán para luego elaborar un dictamen que, finalmente, llegará al pleno para que una vez aprobado, entre en vigor la norma. Un proceso tedioso que, a estas alturas, es difícil vaticinar si podrá culminar en buen puerto. Porque pese al respaldo del Parlamento, la sombra del adelanto electoral, sigue instalada en la política andaluza.