Sor Isabel de la Trinidad, más conocida como la exbadesa de Belorado (cargo que ha ostentado durante doce años, el máximo permitido), ha invitado a marcharse a los dos miembros de la Pía Unión de San Pablo Apóstol -considerada una secta por el Vaticano- que desembarcaron en el convento el pasado 13 de mayo, coincidiendo con la publicación del manifiesto con el que las exmonjas clarisas comunicaban su ruptura con Roma.
Según informa la revista Vida Nueva, la salida del líder de la organización y su pupilo ya es un hecho. En las últimas horas, Pablo de Rojas y José Ceacero habrían dejado el monasterio burgalés -se supone- con la idea de no volver. De hecho, habrían localizado al primero de ellos en Bilbao. Aunque éste les habría dicho que no quiere hacer declaraciones.
Según ha podido comprobar Libertad Digital, el teléfono de la Pía Unión de San Pablo Apóstol que hasta ahora servía para informar a los medios de comunicación (aunque ahora se indica en su web como secretaría de Pablo de Rojas) está "apagado o fuera de cobertura" desde que ha saltado la noticia. Y Ceacero está ‘missing’, ya que no responde a periodistas a los que normalmente sí atiende.
A nadie se le escapa que este movimiento podría ser una nueva estrategia en el marco de la negociación de las exreligiosas con el comisario pontificio Mario Iceta (tras la excomunión de las diez monjas cismáticas y el ultimátum para que abandonen el convento). Quién sabe si con la complacencia o no de la Pía Unión, que parece estar detrás de cada uno de los pasos que la exabadesa ha dado durante los últimos meses en virtud de la ruptura con la Santa Sede.
No obstante, la presunta expulsión del obispo excomulgado y el falso cura coctelero del convento de Belorado se ha producido tan sólo unas horas después de que se reuniese la comisión negociadora a la que las exclarisas han designado la defensa de sus intereses en el conflicto con el arzobispado de Burgos, que está compuesta por: el bufete de Santander Sarabia y Asociados, GTRS y el abogado Florentino Aláez.
Un hecho que lleva a pensar que la comisión podría haber recomendado a Laura García de Viedma (la exbadesa) y las otras nueve monjas excomulgadas el pasado 22 de junio la conveniencia de que De Rojas y Ceacero no permanezcan en el monasterio, como gesto de buena voluntad de cara a la negociación que a todas luces de producirá, según la disposición mostrada por los miembros de la comisión nombrada por las exreligiosas.
Libertad Digital se ha puesto en contacto con cada uno de los miembros de la citada comisión y todos coinciden en que han acordado no pronunciarse sobre la evolución de las conversaciones que se produzcan con Mario Iceta y su equipo. De momento, "nada que decir". Sobre la salida de Pablo de Rojas y José Ceacero, ni confirman ni desmienten. En cualquier caso, no creen que sea relevante.
Florentino Aláez ha señalado -en declaraciones a este periódico- que "desde mi punto de vista que estén o no estén dentro, o la relación que tengan con la Pía Unión, no importa nada". "Estas cuestiones son completamente ajenas a la negociación con el arzobispado y a la defensa de los intereses del monasterio", sentencia. Aunque, ante nuestras preguntas, reconoce que sí puede ser de interés para la otra parte.
Hasta donde hemos podido confirmar, ni Ceacero ni De Rojas estaban hoy en el monasterio. Eso sí, las fuentes eclesiásticas consultadas por Libertad Digital desconfían de la verdadera intención de la decisión tomada por la exmadre abadesa. Especialmente porque en el comunicado que remitieron hace apenas cinco días no se atisbaba el más mínimo arrepentimiento. "¿Entonces para qué se reafirman el viernes?", se pregunta una de ellas.
¿Acercamiento o estrategia?
La salida del exobispo y el falso cura no ha sido el único movimiento de Laura García de Viedma hace pensar en un cambio de postura (o estrategia) por parte de la exabadesa de Belorado hasta el pasado 29 de mayo. La líder de la conspiración ha remitido -durante la noche del martes 25 de junio, por correo electrónico- al comisario pontificio las facturas y nóminas de los empleados del monasterio que éste le había requerido para proceder a su pago.
Los gastos que Sor Isabel ha pasado a Mario Iceta ascienden a unos 11.000 euros, "relativos a mantenimiento eléctrico, cartonería y materia prima para la elaboración de productos de repostería", según explica el arzobispado en un comunicado. Cabe recordar que cuando el comisario pontificio comenzó a tutelar las cuentas de Belorado descubrió que estaban casi sin saldo. Entre todas, no alcanzaban los 6.000 euros.
En línea con lo que ha manifestado hasta este momento, la comisión gestora "va a hacer frente al pago de aquellas facturas de servicios y suministros ordinarios y, además, las correspondientes a servicios precontratados que se estiman necesarios para la vida ordinaria de la comunidad". "También haremos frente al pago de once nóminas, por un importe aproximado de 9.800€, además de las obligaciones de la Seguridad Social correspondientes", reza el texto.
"Para realizar estos pagos, ante la insuficiencia de los saldos en las cuentas bancarias, es necesaria la aportación de fondos por parte de la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu", advierte al tiempo que destaca la necesaria rendición de cuentas por parte de Laura García de Viedma la obligación, quien "tiene la obligación de remitir a esta comisión toda la información económica, laboral y fiscal necesaria para el desempeño de nuestro cometido".