
Los derechos que las diez hermanas cismáticas de Burgos tenían sobre el Monasterio de San Clara de Belorado se extinguieron en el momento en el que se formalizó su "excomunión y expulsión de la vida consagrada". "Las exreligiosas carecen de título legal para permanecer en los monasterios y dependencias anejas con lo que deberán abandonarlos", recoge el comunicado posterior a la rueda de prensa ofrecida este lunes por el comisario pontificio -la persona nombrada por la Santa Sede para resolver el conflicto- y los integrantes de la comisión gestora -su equipo en esta tarea- para explicar la situación en la que se encuentran las monjas expulsadas.
Podríamos decir que las exclarisas se han convertido oficialmente en okupas. Huelga decir que también lo son los dos miembros de la Pía Unión de San Pablo Apóstol -considerada una secta por el Vaticano- que desembarcaron en el monasterio burgalés el mismo día -el 13 de mayo- en el que las monjas rebeldes difundieron un manifiesto que suponía su ruptura con lo que llamaron "la Iglesia conciliar". Es decir posterior al Concilio de Vaticano II, lo que les lleva a rechazar -según explican- a la jerarquía eclesiástica en su totalidad desde la muerte del papa Pío XII.
"Con mayor razón, los señores Rojas y Ceacero", aseveran en referencia al obispo excomulgado que lidera la mencionada organización y el falso cura que se ha ejercido como portavoz de las hermanas cismáticas desde el 13 de mayo. Como ha recordado el comisario pontificio -Mario Iceta, arzobispo de Burgos-, a los dos ‘intrusos’ de la Pía Unión ya se les comunicó "vía burofax el 31 de mayo la prohibición de permanencia en estos inmuebles", por lo que les advierte que "de no producirse una salida voluntaria en fechas próximas, los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya lugar".
"Este es un tema especialmente sensible porque condiciona el que hermanas clarisas de la Federación puedan hacerse cargo del cuidado de las hermanas mayores (que tienen derecho a recibir los sacramentos y atención espiritual católica), accediendo al monasterio para que la vida monástica católica sea restablecida convenientemente y siga viva en esta comunidad", sigue el comunicado a este respecto. Hace referencia a la comunidad de religiosas de Belorado que continúa formando parte de la Iglesia católica y que está compuesta por ocho religiosas.
Se trata de las cinco hermanas mayores, que -por lo que ha podido saber Libertad Digital- se encontrarían "en cama y ajenas a los planes cismáticos de la exabadesa" y que -reza el texto- "siguen siendo una prioridad y una preocupación", y otras tres clarisas que "aunque no se encuentran en el monasterio, pertenecen a la comunidad". De momento, la solución que ha encontrado la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu (a la que pertenecían las monjas cismáticas hasta su excomunión) es desplazar a Belorado a "algunas hermanas procedentes de otros monasterios" con el objetivo de "atender" a las religiosas del convento burgalés.
Cuentas sin saldo
Otra de los asuntos que preocupan al comisario pontificio es el desastroso estado de las cuentas de Belorado. Como ya avanzamos en Libertad Digital, la exabadesa Sor Isabel de la Trinidad (cuyo mandato expiró el 29 de mayo) era conocida por su mala gestión económica. Cosa que Iceta ha podido comprobar una vez que ha tutelado las cuentas, como le correspondía hacer en su condición de comisario pontificio para proteger el patrimonio adscrito a las monjas clarisas. "Los saldos presentes en las cuentas corrientes del monasterio a las que se ha tenido acceso son pequeños e insuficientes, por lo que es preciso inyectar liquidez", señala el comunicado emitido este lunes.
Tanto es así que la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu "ha previsto transferir fondos de otros monasterios" para que la comunidad pueda "hacer frente a los pagos ordinarios que se cargan en las cuentas de los Monasterios de Belorado, Orduña y Derio". Como se viene insistiendo desde el Arzobispado de Burgos, el dinero (muy poco, según sabemos ahora) siempre ha estado ahí porque la intención de tutelar las cuentas nunca fue la de asfixiar económicamente a las religiosas rebeldes, a pesar de que éstas se victimizaran en Instagram asegurando lo contrario.
Sánchez ya ha dejado claro que un medio crítico como este es un obstáculo. Nos halaga pero necesitamos tu ayuda para demostrarle que lo que dice es cierto. Hazte socio del Club LD.