
A día de hoy, en el Monasterio de Nuestra Señora de Bretonera en Belorado (Burgos) residen cinco hermanas clarisas de entre 82 y 100 años, que son ajenas al cisma que desató la ruptura con Roma anunciada en mayo por la entonces abadesa sor Isabel de la Trinidad, y las ocho exreligiosas (una de ellas aún novicia) de entre 32 y 56 años que quedan del grupo excomulgado en junio, que tendrán que abandonar el convento cuando el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Briviesca ponga nueva fecha para el lanzamiento (término que hace referencia a la fase del desahucio en la que el propietario recupera el inmueble okupado).
Es importante destacar que los datos personales que en este artículo se aportan sobre las monjas y exmonjas que actualmente se encuentran en el cenobio (las cismáticas y su director de comunicación meten a todas las residentes en el mismo saco, como si se tratase de un sólo grupo y las cinco hermanas mayores -en su mayoría enfermas- estuvieran de acuerdo con todo esto) han sido extraídos de los múltiples videos que las rebeldes y el especialista en reputación que contrataron hace unos meses han subido al canal del periodista —Francisco Canals— en YouTube y/o la cuenta de Instagram ‘Te hago luz’.
Él las presenta como mujeres inquietas y trabajadoras, preocupadas por adaptarse a los nuevos tiempos. Según cuenta, el grupo es heterogéneo en algunos aspectos. "Algunas monjas tuvieron vocaciones muy precoces. Por ejemplo, una de ellas ya sabía que quería ser monja de clausura con tan solo 7 años", exclama. La de otras llegó de forma "más tardía" e "incluso tuvieron una vida en la gran ciudad", señala. También hay diversidad regional: tres burgalesas, tres vascas, dos madrileñas, una catalana, una andaluza, una valenciana, una navarra y otra gallega.
Como podemos ver, Canals y las cismáticas siempre incluyen a las hermanas mayores en sus cuentas. Cabe destacar que en todo este tiempo ninguna de ellas ha manifestado en ningún momento su conformidad con la salida de la comunidad del seno de la Iglesia católica y mucho menos con los planes de la exabadesa con los distintos obispos falsos que han pasado por el convento, según insiste la archidiócesis de Burgos en varios de sus comunicados. De ahí que hayan sido mantenidas al margen de las excomuniones y también de la demanda de desahucio.
La líder del cisma
La moradora del monasterio a la que más conocemos es Laura García de Viedma (antes sor Isabel de la Trinidad). Ella tenía las horas contadas como madre abadesa hasta la ruptura con Roma anunciada el pasado 13 de mayo. Unos días más tarde (el día 29), debía haber abandonado el cargo. Para entonces, llevaba 12 años al frente del convento (dos trienios ordinarios y dos extraordinarios, el máximo permitido) y ya había agotado todas las vías posibles para mantenerse en el puesto. El cisma la ha mantenido en su posición de líder.
Llegó a Belorado en 1998. Para entonces había cumplido 14 años como religiosa, cuenta ella misma en uno de los videos. A la salida de la Iglesia conciliar —como se refiere a la Iglesia católica posterior al concilio Vaticano II— llega tras una "evolución de 40 años". Cada hermana ha hecho la suya, viene a decir durante la entrevista. Pero también se ha producido una "evolución conjunta", reconoce. "Cada una ha ido entrando en su tiempo", en lo que ella llama "sensibilidad eclesial".
"Nosotras hemos sido profundamente conciliares", se justifica, "que no es propio de este tipo de movimientos de lo que llamamos sedevacantismo" (entre los que se incluye). Pero —por lo que le comenta a Canals— hace tres años se produce "un cambio grande en el sentir interno" de la comunidad, que vendría derivado de un proceso -de 5 años- en el que pasan a "poner a prueba el discernimiento teórico con vivencias concretas".
"El Espíritu Santo es creativo y él es el que decide", señala, "cuando las hermanas entran en una vida de oración lo que hacen es resultar profundamente creativas". Es esto lo que hace que "la comunidad toque con la Iglesia conciliar y se haga su propia idea", dice ella, "no la que nos estaban contando". "Hemos sido criticadas porque no encajamos en una idea concreta", continúa. "No les gustábamos porque éramos demasiado modernistas", apostilla, "no les gustaba que las monjas saliéramos de la clausura".
La más joven
Sor Israel, que mantiene su nombre de religiosa como el resto de las cismáticas a pesar de estar entre las excomulgadas, es la exclarisa más joven de Belorado y también la experta en ciberseguridad del convento (asegura Canals). Es madrileña, tiene 32 años y hace doce que ingresó en el monasterio.
"Me encargo de todo lo que es las sacristía y de atender a los huéspedes que se alojan aquí, en nuestro monasterio, en la casita de San Damián", explica cuando el periodista le pregunta por sus oficios al volante de un carrito de golf que —dice— la comunidad compró en Wallapop. "Nos hace un gran servicio para a atención de los animales", asegura, "cargamos los piensos atrás y el reparto se hace mucho más fácil en todo el territorio de la finca".
En cuanto al día a día del monasterio, la exreligiosa explica que tienen un horario que "se jalona en torno a la oración, a la liturgia de las horas". Aunque en este momento, reconoce, "todo está descabalado" por "el lío mediático que estamos viviendo". Según dice, está pasado por un momento "difícil" y "doloroso" como consecuencia de la demanda de desahucio. "De crisis", añade, "pero también de crecimiento y de purificación... De quitar mucho atrezzo, ir mucho a lo esencial de nuestra forma de vida y de nuestra propia identidad".
La cordobesa animalista
La encargada de la huerta y el corral es la exmonja que se presenta como sor Paloma, que empieza su entrevista reafirmándose en el cisma. "Cada día estamos más ciertas del paso que hemos dado. No nos arrepentimos", asevera. Por lo que dice, no les importa si les "quitan todo". "Tenemos nuevos amigos que nos ayudan", argumenta.
A ella ya la habíamos visto en videos anteriores. También fue la encargada de lanzar la campaña ‘Apadrina una gallina’, que las de Belorado pusieron en marcha para recaudar fondos. Es cordobesa, lleva 23 años en el convento de las clarisas y se ocupa tanto de las plantas como de los animales (gallinas, pavos, patos, cerdos, faisanes, palomas...).
"Me chiflan", exclama. "Toda la creación manifiesta a Dios, que se plasma en todas sus criaturas", explica la exreligiosa. "Yo me relaciono directamente con Dios a través de los animales", añade, "yo creo que por eso los quieren quitar". Parecido es su sentimiento hacia las plantas, por lo que menciona en otro de los videos. "Hay que hablarles, lo notan muchísimo", llega a decir.
La catalana entregada
Sor Berit ingresó con 19 años -explica- en una congregación de vida activa y en 2018 sintió "una llamada del señor a darle algo más". "Yo no sabía exactamente lo que me estaba pidiendo, en ese momento. Pedí un año de permiso para ir a un monasterio a rezar, a pedir al señor que me diera luz. Y entonces, en ese camino, me encontré con las hermanas clarisas de Belorado", relata.
"Tuve una entrevista con la madre y entonces me permitieron vivir una temporada con ellas", añade. "Durante esos dos meses, el señor fue hablando muchas cosas a mi corazón y yo veía como que estaba encendiendo una luz franciscana, clariana, en mi interior. Luego me tomé nosotros 8 meses con otras hermanas, de mi propia congregación de anterior. Pero yo veía que el señor me había llamado ya a vivir otra clase de vida, totalmente entregada a él, sin ninguna mediación".
"Mucho más gratuita", apuntilla. Antes trabajaba con niños, explica, por lo que "con mis alumnos, con los padres, con las actividades que hacía, quieras o no, tienes siempre esa gratificación... La sonrisa de un niño al que le has enseñado (...) es ya una recompensa que vas teniendo aquí en la tierra y en la vida de clausura". "Yo sigo entregando mi vida, sigo entregando todo mi ser a quien me ha llamado, pero ahora directamente -sin mediación alguna- a través del trabajo de cada día".
Una ‘monja de cuidado’
Sor Belén se da a conocer en una serie de videos al más puro estilo ‘Sister Act (‘Una monja de cuidado’, como se tradujo el título de la película en España) en los que explica que "la música es el centro de la vida del monasterio" y justifica la publicación de un disco que venden en su web junto con los productos del obrador.
Incluye "una recopilación de la obra de sor Pureza de María Lubián Antolín a lo largo de su vida religiosa", comenta. Se refiere a la anterior abadesa, que es quien inculcó a las hermanas "el gusto por la música litúrgica". Aunque ella en concreto había estudiado solfeo y sabía algo de música. "La música es el lenguaje de Dios", añade, "es universal".
El alma del obrador
Sor Myryam de Nazaret es la responsable del obrador del convento. Tanto es así que publicó un libro llamado ‘Las recetas de los dulces y postres del convento’, en el que incluye un total de 57 recetas de reposterías. Es valenciana, tiene poco más de 40 años y ya hace unos años se hizo conocida por vender las trufas del monasterio hasta en Japón.
Descubrió su vocación durante unas jornadas del papa a las que acudió en París, explicó en una entrevista que concedió a El Correo en 2022. "Fue como darte cuenta de que un hombre te ama", exclamó. Antes se lo había hecho "pasar canutas" a las monjas de su colegio, llega a reconocer. Antes de llegar a Belorado "la imagen que tenía de una monja era la de alguien amargada", dice en la entrevista.
"Sí que me hubiera encantado conocer mundo, viajar. Pero cuando eliges un camino y lo abrazas, eso tiene mucha fuerza", asevera. Ella dice haber encontrado la felicidad en el monasterio, haciendo sus bombones. Todo empezó con el pastelero Manuel Morales y el cocinero Pedro Subijana, del restaurante Akelarre (Donostia), después con Paco Torreblanca. Y llegaron a triunfar en Madrid Fusión.
La exmonja ‘influencer’
Llama la atención que la exmonja a la que conocemos como sor Sion, que fue la primera de las cismáticas de Belorado a la que conocimos, que dio la cara y que en los primeros momentos hizo de portavoz del grupo, no aparezca en esta serie de entrevistas producidas por el responsable de prensa de las de Belorado y que haya pasado a un segunda plano.
Su exposición mediática al principio fue tal que llegaron a ponerle el sobrenombre de ‘la monja influencer’. De hecho es quien -ella misma lo decía en un video- pone en marcha el perfil de Instagram y salió a explicar que no estaban "secuestradas" por ninguna secta cuando se pusieron bajo la tutela de la Pía Unión de San Pablo Apóstol y el falso obispo que la lidera.
Ella parecía una pieza clave en la rebelión del monasterio, siempre se mostraba como la mano derecha de la exabadesa sor Isabel. Tanto es así que incluso la acompañó a poner una denuncia contra el comisario pontificio nombrado por Roma —Mario Iceta, arzobispo de Burgos—. Ahora parece estar de perfil bajo y la vemos casi de pasada en los videos, trabajando en el obrador con otras exreligiosas.