Las alarmas, una vez más, vuelven a saltar, y no es recomendable confiarse, siempre hay que estar preparado para lo que pueda surgir y que de esa manera que no nos coja por sorpresa.
Me refiero a la posible boda de la Duquesa de Alba y Alfonso Díez. Los más atrevidos apuestan que podría celebrarse antes de que finalice el año. Como hay gustos para todo, y especular no cuesta nada, también se dice que en enero podría celebrarse. Y la mayoría se decanta por que el enlace se produzca la próxima primavera en Sevilla.
Lo único cierto es que quien tiene la última palabra es doña Cayetana, porque si por el funcionario fuera, estaría casado y encantado de la vida, piruleando por los palacios de su amada desde hace tiempo.
Se le llena la boca, manifestando lo mucho que la quiere, y lo enamorado que está de ella. Me imagino que al decir esto, la opinión que tienen forjada de él los hijos de la duquesa no le debe de importar en absoluto. Por mucho que diga que siente un gran respeto por todos ellos, descaradamente va a lo suyo, a pesar de ser consciente que no le pueden ver delante. También proclama que su amor está por encima de la gran presión mediática a la que se siente sometido a diario.
Todo esto son conjeturas, porque los eternos novios ni afirman ni desmienten. Hace unos días la duquesa, de muy buen humor, declaraba que ella no hace mal a nadie, mientras que sus hijos piensan todo lo contrario. Por su parte el palentino no suelta prenda ni a su círculo más íntimo de amistades. Así la especulación y el morbo se acrecientan por días.
Ellos, que parece que viven ajenos a todo lo que les rodea, no paran de dejarse ver, tienen el "carnet de baile al completo". Desde que regresaron de su viaje por tierras jordanas y sirias, no han parado ni un segundo.
En Sevilla, estuvieron en la ópera. En Madrid también se les ha podido ver, porque Doña Cayetana viajó desde la capital hispalense unos días antes de Nochebuena para cenar con sus hijos, como es tradición, pero ¿quién sabe cómo será el próximo año?
Este noviazgo es como el cuento "Que viene el lobo", y como un día llegue habrá que ver a quién se come. Lo que nos queda todavía por ver. Si es que el verdadero amor puede con todo y esta historia tan verdadera no va a ser menos.

