La cena ofrecida por los príncipes de Asturias en el Palacio Real al príncipe Carlos de Inglaterra y a su esposa Camila ha servido como debut de nuestros príncipes como los perfectos anfitriones. Han desempeñado su papel, en esta ocasión, sin el respaldo de sus Majestades Los Reyes.
Doña Letizia escogió para la ocasión un traje del diseñador Lorenzo Caprile, en uno de sus colores favoritos, el rojo, que consistía en cuerpo de guipur y falda de bambúla, que ya lució hace un tiempo durante la visita de Estado de la Presidenta de la India.
Un vestido bonito donde los haya pero que, al no tener mangas y dejar los brazos al descubierto, perdía mucho por la extrema delgadez de la princesa. De cara estaba muy guapa. Llevaba el pelo recogido en un moño bajo que le sentaba muy bien. No lució joyas, tan solo unos discretos pendientes.
La duquesa de Cornualles se decantó por el color azul, un vestido muy de su estilo con gran escote donde se podía apreciar un magnífico collar de brillantes.
Quien estaba espectacular era la duquesa de Alba. Llegó del brazo de su hijo Alfonso, duque de Aliaga. Doña Cayetana llamó la atención no sólo por el vestido verde que llevaba de los diseñadores sevillanos Vittorio y Luchino, combinado con unos zapatos rojos con un gran pompón. Lo que de verdad destacó fue el fabuloso aderezo de brillantes y esmeraldas que eligió para la ocasión. Doña Cayetana compartió mesa con el príncipe Carlos.
A la cena acudieron unos 100 invitados, entre políticos, empresarios y artistas, como Estrella Morente y su marido, el torero Javier Conde. El menú elegido fue a base de verduras. Por deferencia al príncipe de Carlos no se sirvió carne, aunque lo que no pudo faltar fueron los buenos vinos españoles.
El príncipe de Gales y su esposa han llegado con una agenda repleta de actos. Una vez concluida su estancia en Madrid, hoy llegan a Sevilla. De ahí se trasladarán a pasar el fin de semana a la finca de los duques de Wellintong.