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Fray Josepho y Monsieur de Sans-Foy

PSOE: ¿desaparecer o regenerarse?

Nuestros poetas intervienen en la polémica, aunque con argumentos no del todo ortodoxos. Léanlos y, después, opinen ustedes.

Nuestros poetas intervienen en la polémica, aunque con argumentos no del todo ortodoxos. Léanlos y, después, opinen ustedes.

El PSOE está pasando sin duda por su peor etapa desde la Transición. Hay quienes dicen que siempre, desde que lo fundó Pablo Iglesias, ha sido un partido pernicioso, y que este sería un buen momento para que se hundiera definitivamente. Que el Partido Socialista Italiano desapareció y no pasó nada.

Otros opinan que lo que debe hacer el PSOE es regenerarse un poco, renovar sus cuadros dirigentes y prepararse de nuevo para ser alternativa de gobierno, porque es un partido imprescindible para la estabilidad democrática en España.

El caso es que nuestros poetas intervienen en la polémica, aunque con argumentos no del todo ortodoxos. Léanlos y, después, opinen ustedes. ¿Con quién están, con Monsieur de Sans-Foy o con Fray Josepho?

LARGA VIDA AL PSOE
por Monsieur de Sans-Foy

No ha habido puticlú más duradero,
comedia que estuviera más a tono:
sainete tragicómico de abono,
con letra de Rodríguez Zapatero.

Partido Socialista dizque Obrero
y, agárrate: Español. (Me descojono).
A España, es lo que, a Lennon, Yoko Ono,
y al pánfilo Casillas, Carbonero.

Con todo, me resisto a que sucumba:
Sospecho que bailar sobre su tumba
sería cometer un gran error.

Recelo de tamaño varapalo,
pues suele suceder que, tras lo malo,
se oculta casi siempre lo peor.

QUE DESAPAREZCA EL PSOE, PORFA
por Fray Josepho

Casa del Pueblo. Noche bien cerrada.
Hay en la puerta un hombre. Va embozado.
Dindón (el timbre, tímido, ha sonado).
Quietud. Después, silencio. Luego, nada.

Dindón. Suena otra vez. La madrugada
devuelve ese dindón amortiguado.
Sosiego. Todo sigue tan callado.
En la ciudad desierta cae la helada.

Por fin, un ruido dentro, con sordina.
Se abre una ventana y, mortecina,
dice una voz atónita: "¿Quién va?".

Y abajo, el embozado, lastimero,
ruega: "¿Puedes abrirme, compañero?
Vengo a afiliarme, ¿sabes? Soy Sanfuá".

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