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Katy Mikhailova

Lo peor y lo mejor de Cibeles (I)

La MB-FWM para otoño/invierno 2014-2015 en diez diseñadores.

La MB-FWM para otoño/invierno 2014-2015 en diez diseñadores.
Madrid Fashion Week

Cada vez se me quitan más y más las ganas de hacer críticas de moda cuando aprecias que en todos los medios la crónica siempre es igual: quién presentó qué, en qué color, bajo qué nombre, con qué tejidos y cuál fue la música. De cuando en cuando algún periodista destaca cierta prenda en especial, menciona el cierre del desfile, alguna colaboración extraordinaria… y ya.

¿Por qué, amigos del gremio, le siguen haciendo la pelota a los diseñadores de Cibeles? Y no me vengan a hablar de que si éste o el otro mete publicidad en tal medio, cuando están la mayoría de los creativos, desgraciadamente, tiesos. Sí, desgraciadamente. Qué más quisiera yo ver tiendas de Juan Duyos o María Barros por todo Madrid.

Y ahí va mi crónica de esta última edición de la MB-FWM para otoño/invierno 2014-2015 -¡qué lejos queda! ¿no? ¡Otro grave error de la industria! ¿Por qué irnos a otoño si el verano está a la vuelta de la esquina?-. Creo recordar que en Periodismo –sí, esa carrera en la que se estudia un poquito de ‘tó’ y mucho de ‘ná’- la crítica está a caballo entre la interpretación y la opinión. Pues ahí va mi observación subjetiva nombrando los 10 diseñadores que destaco de esta edición de Cibeles –de más a menos-.

El mejor, Juan Duyos por pensar y recordar que ‘España existe’ con esos 15 mantones de manila de 1911 que ha reconvertido en vestidos y demás prendas. Carácter, pasión, fuerza, Andalucía… fueron los mensajes que me llegaron al estimar el espectáculo.

El segundo puesto le toca a Roberto Verino por haber mostrado una funcional y perfectamente ponible colección para otoño-invierno, compuesta de tejidos como el tweed, para dar lugar a piezas elegantes, armoniosas y que se venderán ‘como churros’. Inspirado en ‘Desayuno con Diamantes’, la elegancia era, sin duda, la esencia del desfile. El show fue cerrado con un caniche gigante que desfiló de la mano de una modelo. Lo sorprendente es que al día siguiente Ion Fiz hizo algo similar abriendo el desfile con otro perro, ¿será casualidad? O ¿causalidad? Prefiero creer en lo primero. Lo denigrante es que Ion Fiz optara en la apertura de su desfile por la ex mujer, Katerina, de un tal Olfo Bosé, sobrino de Miguel; ex mujer que va de plató en plató llenando de "estiercol" –no quiero decir otra palabreja- a su ex marido. ¿Eso es lujo y elegancia para un desfile de moda? Yo optaría por otra modelo más "limpia" pues esta no es digna de un desfile de Ion…

El tercer puesto va para María Lafuente que, a pesar de su obsesión con la ecología que no termino de entender, tiene ‘algo que decir’ a través de mariposas y una intensa simbología griega, empleando materiales 100% naturales. Ahora solo le falta un punto de venta directo en Madrid.

El cuarto, para Aristocrazy, pero solo por su modelo de negocio y no otra cosa. Marca joven de la JOYERÍA SUÁREZ que, aunque no entiendo aun qué diantres pinta una firma de joyas en la pasarela de moda, ha demostrado que se puede vender en época de crisis, creando además un tipo de joyas originales, amén de vulgares y extravagantes. Desde luego que es un ejemplo de cómo en tres años en Cibeles han sabido posicionarse expandiéndose por todos los lados. ¡Un bravo por los Emilianos Suárez!

En quinto lugar posiciono a Miguel Marinero, un gran peletero que pasa la barrera del clasicismo casposo propio de esta industria. ¿Quién ha dicho que para llevar abrigos de visón hay que tener 50 años? Salvando una parte ‘punk’ del desfile –momento 15M- que tan poco me ha gustado, el resto ha sido una maravilla. Su inspiración se ubicó en la arquitectura de los 90. En colaboración con su hijo Nicolás Marinero, heredero del imperio, y junto a Inés -que lleva la parte internacional de la empresa- mostraron diferentes tejidos superpuestos que han logrado modernizar una prenda clásica que pasa a la funcionalidad y al diseño. El otro día un ‘troll’ me decía por Facebook que ‘sólo una zorra puede llevar un zorro’, a lo que yo le contesté: ‘Un cerdo también puede comerse a otro cerdo’. ¡Qué cosas hay que leer!

El sexto puesto va para Francis Montesinos por su espectacular desfile, un año más, porque, aunque a duras penas venda vestidos –si omitimos esos bolis que les compraron los mismos que pidieron imitaciones de Salvador Bachiller, los chorizos de los sindicatos de Andalucía-, tiene un talento que traspasa fronteras. Y es que el levantino, como siempre levantando y haciendo gritar al público de alegría, presentó una colección exótica, ambientada en Oriente, cuyo broche final lo puso un vestido largo, simulando un gigantesco pavo real la pieza que portaba la modelo en la cabeza.

El séptimo puesto lo ocupa María Barros por, una vez más, resaltar la femineidad y la elegancia de la mujer sin convertirla en una especie de títere de carnaval, como hacen algunos diseñadores que se vuelven algo locos.

El octavo es para Leyre Valiente, la joven diseñadora de ‘Cibeles Ego’, porque, a pesar de su atracción por lo escatológico y esa inspiración en los insectos, comprendo y admiro un talento que consigue materializarse en un mensaje. También por su creatividad, su esfuerzo, su perseverancia y porque, a pesar de ser tan reciente su incorporación a la MB-FWM, está llegando cada vez más lejos.

El noveno va para Roberto Torretta por hacer a la mujer, como siempre hace, elegante, inspirándose en la década de los 70. Cuero, gasa, tafeta, etc., son los materiales que se han podido apreciar. La femineidad sigue siendo el plato fuerte de este argentino ya más que españolizado. Y la sencillez escondía sensualidad en puntos estratégicos de las prendas. El negro prevalece sobre los demás colores en esta colección.

El diez para Ágatha Ruiz de la Prada, quien ocupa el último puesto, por haber sabido ser original dentro de la rutina habitual de lo mismo de siempre: menos corazones y más besos en forma de labios. Comprendo que haya personas a las que la estética de Ágatha no guste demasiado; pero hay que evitar optar por un ‘total look de Ágatha’ escogiendo prendas puntuales de su marca para combinarlas con ropa más "discreta". Si lo prueban, verán que el efecto final es otro. –Absténaganse de esto los ejecutivos y personas serias-. Tampoco puedo evitar meterla en el ranking de lo ‘mejor’ de esta edición porque su modelo empresarial, al margen de que sobreviva en su gran mayoría gracias a los royalties, es todo un ejemplo. Verino y De La Prada en esto destacan sobre el resto por tener múltiples tiendas y sobrevivir a la crisis.

Sobre lo peor… Sin menospreciar el esfuerzo y el trabajo… No logré comprender el porqué de la idea de Moisés Nieto de taparle prácticamente los ojos con sombreros a las modelos en el desfile, sabiéndome esto a opresión hacia la mujer y su mirada al mundo. Por no hablar de lo sobria y aburrida colección. Tampoco aplaudo el vulgar desfile de Andrés Sardá que, con poquísimo gusto, ha combinado lencería femenina nada novedosa con visones caros, cual señoritas de compañía ofreciéndose a una clientela de alto standing. Absurdo me pareció el cierre de una de las modelos del desfile, yendo de la mano de Bimba Bosé –¿por qué está metida en todos los ‘fregaos’?-. Y tampoco me satisfizo la colección de Victorio&Lucchino, que de Sevilla tenía más bien poco, mostrando la austeridad que debe de estar salpicando a la inspiración del tándem debido a la precaria situación económica por la que están pasando tras salir a concurso de acreedores el año pasado. Y así muchos más. A los que no menciono, se debe a que, para mí, "no han dicho nada".

Ahora, lo que toca, amigos, es vender, vender y vender. ¡Mucha suerte!

En Chic

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