El paso de Kiko Matamoros por Supervivientes no está siendo tan sencillo como él esperaba. El colaborador ha reiterado en más de una ocasión que vivir esta experiencia en Honduras era su gran sueño, una aventura para la que ha estado preparándose físicamente pero que finalmente le ha venido demasiado grande. Desde el comienzo del reality, Matamoros ha ido sumando achaques de salud que se han agravado por las numerosas picaduras de mosquito que ha sufrido y que están provocando que sus fuerzas se vean mermadas. "Estoy al límite", reconoció alicaído.
Después de varias semanas con problemas de estómago, que le hacían vomitar cada vez que se llevaba algo a la boca, el novio de Marta López Álamo sufrió una rotura de cuádriceps, tal y como él mismo explicó. "Estoy jodido. Pero, bueno, animado y agradecido a los compañeros. Han entendido mi situación y me están ayudando mucho", dijo, intentando tranquilizar a la gente que le espera en España.
Esta semana el superviviente ha lamentado un nuevo contratiempo mientras portaba un tronco para hacer fuego en playa Fatal, la zona en la que le ha tocado vivir a su grupo esta semana y la más complicada para vivir. Matamoros perdió el equilibrio y terminó en el suelo y a juzgar por su expresión, fue una caída muy dolorosa. Pese a que todo quedó en un susto, su grupo le animó a descansar y a recuperarse.
Según ha informado al dirección del reality, el concursante se encuentra en perfecto estado y su participación no corre peligro. Un nuevo susto que hace pensar que Matamoros "no estaba preparado para concursar", tal y como aseguraron en Sálvame algunos de sus compañeros. Hay que recordar que el colaborador se ha mostrado muy preocupado por no "estar a la altura" de lo que se esperaba de él en Supervivientes en cuanto a preparación física se refiere.