
Dabiz Muñoz, marido de Cristina Pedroche y por tanto padre primerizo, ha mostrado en redes sociales su radical transformación física. El cocinero había ganado una notable cantidad de kilos en los últimos tiempos que le empezaron a causar molestias físicas y se ha puesto a la tarea de adelgazar.
Fanático de la vida saludable, como su mujer, Dabiz Muñoz se escuda en los análisis médicos a la hora de poner una excusa para adelgazar.

"Me hice unos análisis de sangre y unas pruebas del aparato digestivo porque me sentía mal en general. Los análisis salieron regular en glucosa, colesterol y un par de indicativos más que hicieron que el médico me sacase tarjeta amarilla", explica.
El marido de Pedroche, que hace unos días recibió gran número de críticas por presumir de cuerpo sano y en forma tras el parto, se ha puesto a la tarea y muestra ahora su vientre plano durante una jornada de running.
Así lo cuenta él: "Estaba haciendo poco deporte, estaba cansado todo el día, dormía mal y con muy poca energía, y quien me conoce, sabe que soy un tipo hiperactivo y con energía casi ilimitada. Quizás cuando era joven, me valía todo, pero está claro que a mis 43 años, tengo que cuidarme si quiero seguir haciendo todo con la máxima intensidad, dedicación, esfuerzo y sacrifico a la que estoy acostumbrado todos estos años".
Tras visitar a un nutricionista amigo, Muñoz recordó que importa lo que comes y cómo lo comes, "cómo lo combinas y cuándo lo come". Entendí cómo tiene que ser mi plato de comida cada día, qué tiene que tener y qué no, y lo extrapolé a mi vida y mi trabajo", dice, asegurando que hacerlo no es "imposible".
"No he seguido la dieta al 100% ni mucho menos, mis semanas se ocupan cocinando y probando cosas durante muchas horas", dice, revelando que uno de los secretos es reducir drásticamente el consumo de alcohol.
La dieta implica, claro, hacer deporte, pero no el que hacía anteriormente. "No solo correr como antes, que me producía mil dolores y lesiones, ahora sigo corriendo, me flipa, pero lo cruzo con otros deportes que me divierten también mucho, como la bici, el pádel, el yoga… y sobre todo la fuerza, que también he entendido, que para hacer otros deportes de impacto, la fuerza es mandatoria y obligatoria".
Ahora -explica- "me siento muchísimo más creativo, atrevido en las ideas, rápido y productivo mentalmente. Muchos días me siento como un puto cohete".