Blanca Cuesta y Borja Thyssen han acudido este fin de semana a una de las celebraciones que más ilusión podía hacerles: la del centenario de Miguel Cuesta, el padre de Blanca y abuelo de sus cinco hijos.
Para quien digan que los Thyssen no son una familia bien avenida y que cuida de sus mayores, este fin de semana han podido comprobar lo contrario. La familia entera, con Borja y Blanca entre los invitados, se ha reunido estos días para celebrar el cumpleaños de Miguel Cuesta, que ha llegado a los 100 recientemente y que ha sido agasajado con una comida por el alcalde de Tarrasa, la localidad en la que reside la familia política de Borja.
Miguel, natural de Paladinas de San Juan, Salamanca, procede de una familia de médicos. Después de estudiar Medicina y trabajar en diferentes lugares del mundo, entre ellos Alemania, recaló en el Hospital Mutua de Tarrasa, en el que ha ejercido como cirujano torácico.
Padre de cuatro hijos, siendo Blanca la menor, y abuelo de nueve nietos, Miguel es la cabeza de un clan que representa algo que Borja, el hijo de la baronesa, siempre anheló: una familia unida en la que las festividades se celebran de forma natural, sin distensiones ni discusiones por las herencias. La madre y el padre de Blanca se conocieron cuando él trabajaba en Alemania y ella era enfermera en el mismo hospital y jamás han hecho declaraciones que hayan podido dañar a su hija o al marido de ésta y siempre se han mantenido al margen de cualquier polémica, haciendo gala de una discreción infinita.