
Nicole Kidman y Keith Urban han puesto fin a su matrimonio después de 19 años juntos, rompiendo así una de las relaciones más estables de Hollywood. Poco a poco se van conociendo más detalles de la separación, como que fue el cantante de country el que tomó la decisión y que ya estaría con otra mujer a pesar de los intentos de la actriz de salvar la relación.
La prensa estadounidense publica poco a poco las claves de lo que promete ser un divorcio millonario, cuya demanda ya ha presentado la oscarizada actriz. La intérprete de Eyes Wide Shut y el artista firmaron un contrato prenupcial que incluía una curiosa cláusula muy rentable a favor de Urban y que ya ha sido bautizada como la 'cláusula de la cocaína'.
Según ha trascendido, el cantante ha recibido de su todavía mujer 600.000 dólares (unos 560.000 euros) por cada año de matrimonio en el que permaneciera sobrio y libre de drogas. Kidman buscaba con esto garantizar la estabilidad de su matrimonio y con el divorcio tendrá que desembolsar en total 11 millones de dólares, ya que Urban, que entró en un centro de rehabilitación después de casarse, se ha mantenido sobrio desde entonces.
La estrella de la música country ha hablado abiertamente de sus adicciones y cómo Nicole Kidman le ayudó a salir del agujero. "Ese fue el momento en el que realmente debería haberme dejado, pero ella decidió quedarse. Le estaré siempre agradecido", dijo en una entrevista en 2010.
La pareja se instaló en Nashville, alejada del bullicio y los paparazzis de Los Ángeles, pero en la capital de Tennessee los rumores de una nueva mujer han comenzado a circular. "Numerosas fuentes directas con Nicole aseguran que todas las señales apuntan al hecho de que Keith está con otra. Nicole no lo niega pero sigue estando en shock". Y añade: "Lo sabe todo Nashville".
El todavía matrimonio se casó en Sídney en junio de 2006 en una ceremonia que acaparó los titulares de la prensa de todo el mundo. Al poco tiempo ampliaron la familia con dos hijas: Sunday Rose, de 17 años, y Faith Margaret, de 14, a las que sus padres han protegido del foco mediático. Protección que siguen priorizando tras la separación, pues actualmente la atención de la pareja está centrada en la gestión de la nueva situación familiar.

