
La paciencia de RTVE con La familia de la tele se ha agotado: el canal propagandístico del Gobierno de Pedro Sánchez que ha hecho una apuesta desesperada por aumentar su audiencia rescatando lo que era el viejo Sálvame va ahora a recortar su emisión a casi la mitad. Con lo que, a partir del lunes, se emitirá de 15:50 a 17:00 horas.
Los datos pésimos de audiencia del programa no fueron un problema al principio. Sin embargo, pese a que el presidente de la Corporación, José Pablo López, aseguró este jueves en el Congreso que no había motivos para retirar el programa, la caída estrepitosa de audiencia registrada ese mismo día ha precipitado una decisión drástica: el espacio pierde uno de sus dos tramos y ve reducida su duración quedándose en casi la mitad de lo que era hasta este momento.
Hasta ahora, el programa ocupaba dos bloques: de 15:50 a 17:30 y de 19:15 a 20:30 horas. RTVE ha optado por eliminar el segundo tramo y reordenar toda la franja de tarde.
Detonante
El pasado jueves marcó el punto de inflexión. Según datos internos de RTVE, el programa anotó un mínimo de audiencia del 7,7 % de cuota de pantalla y 579.000 espectadores de media. La primera parte, conducida por María Patiño y centrada en contenido del corazón, apenas alcanzó un 5,5 % de share y 461.000 espectadores. La segunda, presentada por Aitor Albizua e Inés Hernand y dedicada a la actualidad, se quedó en un 5,7 % y 395.000 espectadores.
Estas cifras no solo incumplen el mínimo contractual del 8 % de cuota, sino que han provocado un efecto arrastre negativo en otras piezas clave de la parrilla, como las series Valle Salvaje y La Promesa, que eran los pilares de la audiencia vespertina de La 1. Sin embargo, esta semana también han sufrido una caída notable. El jueves, Valle Salvaje bajó a un 9,1 % de cuota y 661.000 espectadores, su peor dato desde el estreno en mayo. La Promesa cayó a un 12,6 % y 871.000 espectadores, su mínimo anual en miles. Estos datos han llevado a RTVE a una reestructuración total de las tardes.
RTVE intentó salvar el programa tras las críticas internas. Entre ellas, la de Belén Esteban, que mostró su malestar con el enfoque del programa. Se reformuló el contenido, se amplió el espacio de corazón con Patiño al frente y se apostó por un tramo más informativo con Albizua y Hernand. Nada funcionó.
Pese a que el presidente de RTVE defendió en el Congreso que solo cancelaría el programa si no "daba más de sí", el desplome de audiencia y el daño colateral a la parrilla han obligado a actuar.




