
Tottori, una pequeña ciudad costera compuesta por varias localidades tradicionales que se fusionaron en un espacio con una demografía única dentro de Japón. De allí conservan las costumbres más tradicionales del pueblo nipón así como de tener la mejor calidad en los alimentos frescos.
Y por eso Sushi Bar Tottori da nombre a otro de los restaurantes del Grupo China Crown, que ya cuenta con China Crown, Shanghai Mama, del que ya hablamos en Libertad Digital, y Le Petit Dim Sum.
El concepto gastronómico del que hablamos en esta ocasión está respaldado por una familia de cocineros tradicionales y el conocimiento de las costumbres y de la gastronomía del lugar, han creado una marca especial donde ofrecer a los comensales la mejor calidad con una elaboración que mantenga el sabor y la pureza de los alimentos.
Su propuesta gastronómica es exclusiva y está diseñada basándose en la herencia de su padre fundador Haruki Takahashi, caracterizada por una exquisita selección de materias primas. Este maestro del sushi fue el instructor de las técnicas que se emplean en Tottori: la precisión, el uso de los cuchillos y el respeto a la estructura orgánica de los alimentos.
Ese arte con el manejo de los cuchillos y la calidad del producto lo probamos en el primer bocado. Un sashimi variado con cortes de salmón, atún, ventresca de atún y vieira, con una espectacular puesta en escena cuando llega a la mesa que te atrapa de inicio con la vista, pero más adelante con el extraordinario sabor del pescado crudo.
También están muy ricos los niguiris que preparan en Tottori, con muy buen punto del arroz y con gran sabor. Probamos el niguiri de lubina con yuzu y wasabi natural marinado, el niguiri de huevo de codorniz con trufa y otro que te sorprende con su emplatado ya que el niguiri de Wagyu 5A se termina de cocinar en la mesa con un soplete. Origial y sabroso el gunkan de toro con wasabi natural.
Su recetario está marcado por los sabores más puros y las materias primas de máxima calidad cocinadas en la robata, la auténtica parrilla japonesa. Probamos las brochetas de pollo teriyaki y hatsu, para degustarlas con las manos y degustar los deliciosos pedacitos de carne que han pasado previamente por la robata.
Este restaurante ubicado en el número 67 de la calle Lagasca está decorado por María Li Bao, dueña del grupo junto con su hermano y chef ejecutivo Felipe Bao, y fusiona la modernidad y la tradición de las raíces japonesas. Desde el elegante suelo al mobiliario de madera de Iroko, con las paredes forradas de lujosas telas japonesas con hilo de oro y el espectacular techo que recuerda a la parte más moderna de la Casa Batlló de Barcelona. También cuenta con una terraza acondicionada para que el que quiera pueda disfrutar de esta propuesta gastronómica al aire libre.
En la carta de Tottori encontramos también detalles de fusión entre la cocina japonesa y la occidental como el exquisito wanton de bacalao con salsa pilpil. En este caso abrazan la gastronomía vasca con este particular guiño en el que utilizan el bacalao como producto principal para el relleno y para la salsa. Para el relleno emplean el lomo del bacalao, mezclándolo con verduras e ingredientes que le dan sabor e identidad al wanton. Para la salsa usan las espinas y la piel del pescado, siguiendo de forma rigurosa la receta tradicional española del pilpil y, finalmente se sirve junto al wanton, aunando en un mismo bocado dos gastronomías diferentes.
Otro plato fusión es el sándwich tonkatsu de solomillo con mostaza y miel. Una receta japonesa muy tradicional en la que se ha incorporado la técnica occidental del sándwich para disfrutar de una manera diferente del tonkatsu. En la tradición japonesa, el tonkatsu se elabora con escalope de cerdo, sin embargo, en Tottori optan por el solomillo de ternera, una carne de mayor calidad, que eleva el propio valor del plato. A la hora de cocinarlo se mantiene el punto de cocción clásico de la pieza disfrutando así de una carne sonrosada llena de jugosidad. Por último, para acompañarlo se utiliza una salsa de mostaza y miel casera obteniendo el mismo picor nasal que recuerda el wasabi. La presentación es también sorprendente ya que llega a la mesa en una parrilla con aromas a romero.
Tottori te acerca a Madrid la alta cocina japonesa con una propuesta marcada por la tradición y la maestría en la técnica del sushi. Desde que entras, con su decoración y el amable trato del personal de sala, hasta que sales, te embarcas en ese viaje a aquella pequeña localidad costera de la que hasta hace poco casi nadie sabía de su existencia.
Además del restaurante en el barrio de Salamanca cuentan con servicio take away y delivery para que puedas disfrutarlo en la comodidad de tu casa. El ticket medio es de unos 50-60€, pero merece la pena gastarlos en un buen restaurante japonés. Arigatō.
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