
La Dorada nació como su dueño, Félix Cabeza, en La Carihuela malagueña, un nombre que está ligado al éxito desde que se fundó en 1965 y una historia cocinada desde el cariño, el saber hacer, el exquisito producto y el amable y profesional servicio de sala.
A los 20 años, este incansable cocinero y empresario fundó La Lubina, en Los Boliches, y al poco tiempo lo convirtió en La Dorada, ya en Fuengirola. De ahí a Sevilla, Madrid, Barcelona y París. Es tal la fama y el éxito de crítica y público que su dueño se hizo millonario hasta que, como asegura, "apareció Miguel Boyer y me hundió", como lo hizo con Ruiz-Mateos y Lola Flores.
Su imperio se fue a la ruina y decidió cerrarlo todo y marcharse a Miami para empezar de cero y volver a triunfar. Por motivos personales tuvo que volver a España y abrió La Dorada en la calle de Orense y después otra en Las Rozas. Ahora mismo La Dorada de Félix Cabeza se encuentra en el Edificio Principal Fitness Sports, en la Avenida de Juan Antonio Samaranch Torelló, 8, en el madrileño pueblo de Pozuelo de Alarcón. Un enclave alejado del ruido de la capital, con facilidad de aparcamiento gratuito y con un amplio espacio decorado con motivos marineros y repartido entre la barra, el salón principal y la estupenda terraza acristalada, perfecta para cualquier época del año.
Directo de la lonja
Como cuenta a Libertad Digital la encantadora jefa de sala Belinda, que nos atiende y guía por la carta estupendamente, el producto que sirven en La Dorada no procede de Mercamadrid, sin desmerecer ni mucho menos a la mayor plataforma de distribución, comercialización, transformación y logística de alimentos frescos de España, lo buscan en las mejores lonjas de las costas españolas para traer a diario un producto fresco y de la mejor calidad.
La carta es amplia y se adapta a todos los gustos y bolsillos. Dividida en entrantes, mariscos, de concha, fritos, pescados a la sal, elaboraciones, carnes, arroces y postres. Así que lo mejor es hacer un buen recorrido por ella para comprobar de primera mano esa calidad en el producto que es santo y seña de la casa y una cocina que está pensada para ensalzar los sabores y no enmascararlos con salsas ni preparaciones superfluas.
La Dorada cuenta con un estupendo menú del día por 18€, así que de él nos sacan un delicioso aperitivo de crema de calabacín y unas tortillitas de camarones. El inicio perfecto para salivar con el siguiente entrante, un delicioso atún rojo de Barbate marinado (28,90€) para comerlo sobre unas pequeñas tostadas y disfrutar de todo su sabor.
Y si el alma del restaurante y el corazón de Félix es malagueño, no puede faltar la fritura variada (38€ para 2 personas). En ella encontraremos chopitos, salmonetes, boquerones y calamarcitos, todos con un rebozado muy fino para que el sabor del pescaíto no se pierda con el del aceite. La acompañan de una exquisita ensalada de pimientos rojos, verdes y tomates, asados por ellos mismos con cebolleta y aliñados con aceite de oliva virgen extra.
Mariscos de altura y La Dorada
De mariscos tienes para elegir entre cigalas, carabineros, bogavantes o langostas, también tienes una fantástica gamba roja y gamba blanca (33,50€), ambas a la plancha. Producto, producto, producto, plancha, sal y, si quieres, limón, no hace falta nada más, ni nada menos.
De la sección de mariscos de concha dejamos para otro día las navajitas y las coquinas, pero el surtido que nos sacan es de una frescura y sabor sobresaliente. Probamos las almejas, los mejillones y los berberechos, en salsa y con el toque picantito de la cayena.
La leyenda de La Dorada se fraguó cuando Félix Cabeza tenía nueve años. En el roqueo del Castillo de Santa Clara vio una dorada y decidió pescarla con las manos, pero un golpe de mar casi lo mata. Aquello lo marcó: "Volví a nacer y por eso a mis negocios les puse el nombre de La Dorada", cuenta.
De hecho, presume de haber 'inventado' la dorada a la sal, su producto estrella. Pero como en el restaurante se vive de lo que trae el mar a diario, probamos la lubina a la sal (29,60 €), igual de fresca y deliciosa que todo el producto que se sirve en este local. Lo acompañan con patatas asadas, chips de berenjenas y salsa alioli.
También hay cabida para las carnes y los arroces. De estos últimos, con marisco, caldoso de bogavante o el que probamos, un muy buen arroz meloso con carabinero (28 € por persona), que termina de preparar en la mesa el propio Cabeza con Palo cortado y AOVE.
Y si te queda hueco para el postre, atrévete con cualquiera de los que ofrecen, son caseros y destaca la tarta de limón con merengue (8,90 €). Un dulce final para una comida deliciosa en un restaurante que es perfecto para comidas de trabajo, de placer, para sorprender a tu pareja o para comer con la familia. También las cenas son especiales con la luz de su decoración y con las sorpresas que te aguardan con alguna actuación en directo, de música, de magia o de humor. La combinación perfecta para una velada redonda con un ticket medio que supera los 50 € y un menú del día por 18 €.
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