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Katy Mikhailova

¿Feminismo-Femenino?

Meterse las manos en el bolsillo o enseñar las llaves, según el periódico del Grupo Prisa, es un micromachismo.

Meterse las manos en el bolsillo o enseñar las llaves, según el periódico del Grupo Prisa, es un micromachismo.
La manifestación del 8M | EFE

Aprecio un feminismo politizado, radical, soez, desagradable, agresivo, sin ningún fundamento y basado en rimas recogidas en eslóganes recogidos en diversas pancartas. En este espacio, que va de modas y modos, no puedo dejar de asombrarme con los 7 gestos micro-machistas con los que el diario El País intenta salvar a la humanidad hispanoparlante.

Y es que el viernes me dejé caer por la huelga 8M. La 'casualidad' me llevó a tener una reunión en la azotea del Hotel NH (preciosas vistas, por cierto); mientras que la ‘causalidad’ voluntaria me animó a sumarme a la marcha: pero sólo durante un trayecto relativamente corto. Por mi papel de periodista, mi curiosidad gatuna y porque soy mujer. La verdad es que aquello me sorprendió. La ética es la que ya conocemos; la estética, la de un movimiento radical similar al 15M, gobernado por políticas socialistas y podemitas.

Me empecé a preguntar porqué el feminismo no puede ser femenino y llevar tacones. Me planteo por qué el feminismo tiene que tener rimas soeces y abarcar un sinfín de temáticas que no vienen a cuento: nosotras parimos, pero no por eso decidimos (no debemos decidir, al menos, sobre la vida que llevamos dentro, por ejemplo). Y me cuestiono por qué el feminismo está tan adscrito a la estética de la izquierda más radical.

Verán, queridos lectores, mi posición en este tema es muy complicada. La esencia del feminismo es la lucha y la defensa de la igualdad de género. Pero esa esencia se ha visto desviada hacia una izquierda que lo que único que hace es destrozar la verdadera lucha por la igualdad entre hombres y mujeres: tanto es así, que el feminismo ha cobrado una connotación tan peyorativa, que hasta yo dudo realmente de si definirme o no como feminista, planteándome buscar un nuevo término más acorde a los actuales tiempos. ¿Qué tal el Feminismo-Femenino? Las F2, perfectamente combinables con ser liberal (que no libertinos), provida y profamilia, católicos, de derechas, y defender los derechos de la mujer, pero sin pisotear ahora los del hombre. ¿Creen que este F2 es posible? Un Feminismo-Femenino en el que, para defender a la mujer, no se quemen sujetadores (como en los 60, algo que entonces sí tenía sentido) ni se pinte sangre de menstruación sobre pantalones blancos (¿recuerdan aquella salvajada?).

Yo no puedo encajar en el feminismo de esas mujeres que enseñan los pechos como protesta política a las puertas del Juzgado, por citar un ejemplo de lo que no debe ser el feminismo. Sintiéndolo mucho.

Meterse las manos en el bolsillo o enseñar las llaves, según el periódico del Grupo Prisa, es un micromachismo. Por esa estúpida regla de tres: no depilarse las axilas, raparse media melena, llevar un piercing visible en la cara, vestir de morado (que no púrpura) y no pintarse las uñas son gestos de micro-feminazismos, si lo ejerce una mujer. ¿De verdad nos vamos a poner así?

Tanto lo uno (resumido por El País) como lo segundo (que acabo de improvisar) es un sinsentido que no se basa en ningún fundamento racional. Claro que, luego, Pablo Iglesias puede azotar hasta hacer sangrar a una mujer (en su más sucia fantasía), y nadie protesta. Podemos morado, Podemos feminista.

Un famoso instagramer, que hace ilustraciones satíricas sobre la actualidad, @morbixx’ (con más de 24 mil seguidores), describía al "facha"de turno analizando su estética: pelito ondulado de comprarlo todo en Amazon + chaleco facha + actitud de haber pagados muchas zonas vip con dinero de papis + mirada de cara perdida de alguien que no ha tenido amigos porque ha estado esquiando con la familia + comida favorita: los canapés del Bernabéu.

Creo que este "sketch", que acumula 1.895 likes a fecha de hoy, representa el nivel tan patético al que está llegando una parte de esta sociedad, que tiene por gusto simplificar una ética a través de su estética. Pues ni la ética es acertada (porque hay que entender realmente qué es ser ‘facha’ y de dónde viene la terminología) y mucho menos la estética. A mis 28 años descubro que existe un chaleco facha; y que, para ser un "españolista derechoide", no vale con comer canapés en el Wanda. Pues, ¿saben qué les digo? Que los canapés del Santiago Bernabéu saben a gloria, cuando hay 13 Champions que los endulzan. Pero esto, queridos lectores, no tiene nada que ver con la política, ni el feminismo, ni el machismo, ni el agujero de la capa de ozono; tiene que ver con la bondad, el sentido común y la capacidad innata de no mezclar churras con merinas, o gomina con fútbol y chalecos.

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