Las típicas cajas de cartón donde uno puede encontrar muchas frutas, como las fresas, en el supermercado o la frutería del barrio, son muy útiles y tienen mucho potencial para ser utilizadas en manualidades. Se les puede dar un nuevo uso que haga su existencia más sostenible y, de paso, sirvan para pasar un rato entretenido y, una vez tuneadas, poner orden en algún rincón de la casa. También es una actividad que puede hacerse con los más pequeños que no solo se divertirán, sino que también irán tomando conciencia de la importancia del consumo responsable. Además, las manualidades que pueden realizarse son de lo más sencillas, ni siquiera hay que estrujarse mucho el cerebro pensando en el diseño.
Las fresas son una deliciosa fruta que muchos disfrutan durante la temporada de primavera y verano. Viene en pequeñas cajas de cartón que las protegen y las mantienen frescas en el supermercado. Pero, ¿Qué se puede hacer con esas cajas de cartón una vez que se ha disfrutado de las fresas? Reciclar la caja es una excelente idea. Algunas opciones creativas y sencillas:
- Reutilizar como organizadores. Las cajas de cartón son perfectas para organizar diversos objetos en casa. Pueden utilizarse para guardar materiales de arte, suministros de oficina, utensilios de cocina o incluso como un organizador para las herramientas en el garaje. Solo hay que decorarlas o personalizarlas según los gustos y necesidades.
- Organizador de escritorio. Las cajas de fresas tienen un tamaño muy adecuado para tener el material de papelería y los pequeños objetos que pueblan las mesas de estudio perfectamente ordenados.
- Organizador para el baño. A veces es difícil encontrar muebles que se adapten al espacio reducido de algunos baños y, precisamente, cuanto más pequeño sea el baño, mayor es la necesidad de tenerlo todo muy bien ordenado.
- Hacer manualidades. Las cajas de fresas son ideales para llevar a cabo proyectos de manualidades divertidos y educativos. Pueden transformarse en casitas de muñecas, estanterías pequeñas o incluso crear un jardín en miniatura.
- Jardinera decorativa. Una jardinera de tamaño reducido para colocar algunas flores y miniplantas que puede utilizarse hasta como centro de mesa cuando se busque dar un toque fresco a la decoración.
- Como semilleros. Las cajas de las fresas son unos estupendos semilleros para las plantas y flores. Con el mismo objetivo de aprovechar los recursos también se pueden hacer los semilleros con rollos de papel higiénico o las hueveras de cartón.
- Un pequeño huerto doméstico. También se pueden reutilizar como jardineras para plantar algunas hierbas aromáticas o algunos bulbos como ajos o cebolletas.
- Una panera. Pintando la caja de fresas con pintura negra para pizarras y poniéndole unas sencillas asas de cuerda que facilitan su transporte, ya se tiene una original cesta para servir el pan en la mesa.
- Un carrito para ordenar cosas. Con cajas de fresas también se puede hacer una versión del carrito Raskog de Ikea y luego utilizarlo para guardar pequeños juguetes, material de escritorio, artilugios de cocina o lo que cada uno quiera.
- Una pequeña estantería. Para obras que requieran bastantes cajas como es el caso de esta estantería puede ser buena idea pedirle algunas cajas al frutero de confianza, así no habrá que esperar a juntar todas las que se necesitan con cajas vacías de fresas dando vueltas por casa.
- Patas para una mesa. Al más puro estilo de la cajonera Alex de Ikea, unas torres de cajas de fresas pueden ser las patas de una mesa de escritorio o, con menos cajas, de una original mesa de centro, incluso con una sola torre se podría tener una pequeña mesa esquinera.
- Decoración de un cuarto infantil. Se trata de una forma económica y divertida de decorar las habitaciones de los más pequeños de la casa, pues incluso ellos mismos pueden participar en la creación de esta.
- Compostaje. Si se tiene un huerto o jardín, las cajas de fresas pueden ser utilizadas como materiales para el compostaje. El cartón es biodegradable y se descompone fácilmente, convirtiéndose en un excelente componente para crear compost casero. Se pueden romper las cajas en trozos más pequeños y mezclarlos con otros restos de cocina, como cáscaras de frutas y verduras, para obtener un compost natural y nutritivo para las plantas.