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Katy Mikhailova

Modas sin banderas ni escrúpulos

Cuando la moda deja de ser moda para vestirse y se convierte en un instrumento de adiestramiento social, deja de tener encanto.

Cuando la moda deja de ser moda para vestirse y se convierte en un instrumento de adiestramiento social, deja de tener encanto.
Irina Shayk. | Mowalola

Si la semana pasada la polémica correspondía al ‘espontáneo’ con la bolsa de basura en Nueva York, esta semana ha tocado la de Irina Shayk con moratones desfilando en Londres o el homenaje a Alá que ni a los musulmanes contenta.

Mowalola (marca que yo tampoco conocía) necesitaba también su cuota de presencia mediática. Tocaba, pues, buscar un mensaje social y moralista e internacional, para variar. La escasez de creatividad es lo que tiene. El hambre por la fama, también. ¿Cuál es el precio de la dignidad? Yo no lo tengo muy claro.

Cuando la moda deja de ser moda para vestirse y se convierte en un instrumento de adiestramiento social, deja de tener encanto. Ya tenemos suficiente con Pedroche cada 31 de diciembre… y cuidado que ella acaba de poner una vela para no se sabe qué. Vienen curvas o no.

Y es que, Bajo el título ‘runway show’, la colección de primavera-verano 2024, lejos de ser algo alegre y veraniego como pide a gritos la estación -aún con cambio climático y Agenda 2030 mediante-, la firma demostraba en la pasarela un alegato contra la violencia de género según muchos usuarios de las redes han interpretado. De hecho, el perfil de ‘Docentes Feministas por la Coeducación’ apuntaban con mucho descontento: "Una modelo desfila en la #LondonFashionWeek con un ojo morado y una camiseta de un hombre acusado de agresión sexual. Convertir la violencia machista en una estética ‘glamurosa’ para la promoción de la moda es absolutamente reprobable y un insulto a las víctimas.

Bueno, glamour, lo que se dice glamour, veo poco. En teoría, y según manifestaban desde Mowalola, la colección estaba inspirada en la película de los noventa Crash. Y toda esta estética rocambolesca y aparentemente maltratada de la ex de Cristiano no era más que un guiño al film cuya trama se centra en un accidente de tráfico que trae como consecuencia esas manchas de sangre y suciedad. Interesante dicotomía: uno, no al machismo; otros, recordando una película que lejos queda de hacer cátedra de belleza (¿quién va a vestirse con ropa sucia? Me contesto: yo no).

Desde luego que, si no lee el storytelling de la marca, no pensarán en Crash, y lo que verán simplemente es una mujer tristemente maltratada. ¿Es necesaria esta polémica ambigua?

Si les sabe a poco, a esto se suma la minifalda del desfile con la bandera de la Unión Europea acompañada con una gorra con la bandera de Reino Unido. Las banderas de China y Japón también han tenido su trozo de pastel. Ya saben: es un desfile muy internacional.

"No hay más dios que Alá, y Mahoma es su profeta" es el lema que figuraba en la bandera de Arabia Saudí que ni ha contentado a los musulmanes ni a todos los demás, británicos, españoles… A los primeros, por mezclar Alá con minifalda, y a los segundos porque no terminamos de comprender qué sentido tiene nada en este desfile y menos aún que se elogie una religión y cultura que oprime a la mujer.

Una vinagreta sin gusto ni coherencia. Un sinsentido y despropósito que, en verdad, tiene por objetivo la llamada de atención del mundo entero. Y aquí estamos. Comentando la jugada.

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